Un copioso congregación de alumnos de botellín curso de Edificación de la Universidad de Navarra (UNAV) desembarcó este sábado por la mañana, por segunda vez esta semana, en Infesta, un pueblo del concello de Monterrei notorio pueblo maniquí por la Xunta en 2022. El objetivo de estas visitas es identificar los retos de esta zona rural y proponer soluciones, en forma de proyectos sostenibles, antiguamente de que termine el semestre.
Estas jornadas están organizadas por la Fundación RIA, una iniciativa filantrópica del agradecido arquitecto inglés David Chipperfield, que igualmente promovió una actividad en Casa RIA, la sede de la fundación en Santiago de Compostela.
De hecho, este es el segundo curso consecutivo en que estudiantes de la Escuela de Edificación de la UNAV vienen a Ourense a realizar un esquema de estudios, tras la experiencia del año pasado en la pueblo maniquí de Muimenta, en Carballeda de Avia. Al igual que entonces, el plan es que los futuros arquitectos presenten a mediados de diciembre sus planes para revitalizar el entorno de Infesta, y que regresen a la pueblo maniquí a principios de 2025 para exponer el resultado de sus trabajos.
Acompañados por dos profesores del claustro permanente, José Aquel Medina y Asier Santas, y por los docentes invitados Duncan Lewis, arquitecto escocés finalista del Premio de Edificación Contemporánea de la UE 2024, y el destacado arquitecto gachupin Fermín Vázquez, los estudiantes recorrieron de nuevo las calles de Infesta y su medio natural, enclavado en un valle rodeado de viñedos.
Encima contaron con la colaboración de Víctor Padrón, presidente de la comunidad de montes Serra de San Salvador-Serra de Meda, que los guió por el monte circundante y resolvió sus dudas sobre el medio productivo y el urbanística de la pueblo maniquí.
“La primera parte del gimnasia consiste en un investigación de la situación geográfica, social, económica y paisajística”, explica el profesor Medina, “pero luego tienen que proponer un software, es asegurar, singular de viviendas, debe acontecer un abastecimiento productivo, por lo que los estudiantes tienen que pensar en modelos económicos y de trabajo sostenibles para revitalizar una zona despoblada como Infesta”. En la ahora, la pueblo cuenta con “unos 65 vecinos”, apunta el presidente de la comunidad de montes, uno de los pocos jóvenes que quedan en el ocasión.
Cuatro asignaturas
Para los alumnos, sus trabajos sobre Infesta, “son como proyectos de fin de carrera”, abunda Medina, ya que abarcan “cuatro asignaturas: Proyectos, Instalaciones, Estructuras y Construcciones”. El alumnado se divide a su vez en dos grupos con orientaciones específicas, uno centrado en el paisaje y el medioambiente, y otro en la construcción y en las infraestructuras.
Liuba Calderón, estudiante de Edificación nicaragüense, cuenta que su plan sería “explotar las tierras en desuso, con el aventura de incendios que conllevan, y hacer bancales que se puedan ceder para viñedos u otras actividades que dinamicen la heredad e incentiven la arribada de habitantes”. Tras convertirse en pueblo maniquí, Infesta pronto recibirá un nuevo impulso gracias a las ideas y proyectos de estos futuros arquitectos.