El pulpo ha sido objeto de un gran número de estudios. Ahí donde lo vemos, es un animal con un gran potencial y la comunidad científica se ha conocido sorprendida en muchas ocasiones por su inteligencia. Algunas investigaciones pasadas incluso han puntiagudo a que hay especies concretas, como los pulpos de arrecife, cuyo cerebro tiene un tamaño veterano y hasta podrían tener propiedades similares a las de algunos primates.
Partiendo de esta pulvínulo, conocer más sobre la actividad y el comportamiento de esta especie, que se ha llegado a utilizar para investigar el cerebro, es revelador.
El seguimiento se hace a través de telemetría acústica
Hasta el momento toda la información a este respecto procedía de la observación directa. Los datos con los que trabajaban los investigadores eran los que podían guardar los buceadores mediante inmersiones. Por eso igualmente esta investigación tiene un valencia añadido; en este caso se podido “monitorizar” sus movimientos y actividad durante meses sin que los cefalópodos tuvieran constancia de que estaban siendo vigilados.
Con este estudio, científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) -a través del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo- acaban de rasgar varias puertas. El nombre completo es: Primeros conocimientos sobre el comportamiento espacial de Octopus vulgaris en estado salvaje mediante telemetría acústica. ¿Qué es eso de la telemetría acústica? Vamos a intentar resumirlo.
Básicamente consiste en colocar en el fondo marino unos receptores y en el cuerpo de los animales en cuestión, en este caso los pulpos, un emisor. Concretamente se colocó en el tercer remo de los 24 ejemplares seleccionados.
El período más prolongado registrado
Gracias a este sistema sabemos que los pulpos adultos están más cómodos en su antro que “paseando” por el mar. Que prefieren salir al amanecer o al anochecida, y que lo hacen básicamente para manducar, sin mucho entretenimiento. En el entorno de las Islas Cíes, en el Parque Natural de las Illas Atlánticas, corazón de las Rías Baixas, la expedición les lleva más proporcionadamente poco tiempo –mayor 10 metros- ya que tienen los medios más que garantizados.
De los 24 ejemplares seleccionados, 11 eran hembras y 13 machos. Tres de los machos ofrecieron información por un período de entre 3 y 6 meses. Otros no llegaron a despachar ninguna señal, posiblemente por sobrevenir sido capturados o por escaparse del campo de acción de estudio. Pero aún así, las 215.927 detecciones limpias que lograron registrarse suponen un hito a nivel internacional. “Hasta donde sabemos, este es el período de retención más prolongado registrado para cualquier especie de pulpo utilizando telemetría acústica y supera el tiempo de retención de estudios previos”, destaca el estudio.
Las hembras tan pronto como pudieron ser rastreadas
Las hembras tan pronto como pudieron ser monitorizadas durante 5 días de media. Posiblemente oportuno a que en esta especie la puesta de huevos es una calado de tal magnitud de las hembras mueren al terminar, agotadas por la dedicación. De ahí que previsiblemente varios de esos transmisores se perdieran.
Este seguimiento de los pulpos se incluye interiormente del plan Ecosuma. Una ambiciosa propuesta desarrollada durante varios abriles que estudia, por otra parte del comportamiento de los ejemplares adultos, la especie en estado de paralarva y lozano. Una importante información para analizar igualmente sus procesos de migración y exposición.
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