En un número de teléfono tiene gran valencia para los ciberdelincuentes, ya que con él pueden crear campañas de “smishing”, es sostener, suplantar la identidad de sus propietarios o desviar las llamadas a números bajo su control, una técnica que les permite compilar información sensible y utilizarla en contra de sus víctimas.
Aceptar o interceptar el número de teléfono de una persona no tiene gran complicación, en contraste con los riesgos a los que se exponen los usuarios si acaban siendo víctima de un simulación. De ahí que estos números supongan la puerta de entrada a una variedad de esquemas fraudulentos.
Según datos de la compañía de ciberseguridad y antivirus Eset España estos ataques, que son rentables y escalables, y tan pronto como requieren una inversión mínima por parte de los ciberdelincuentes, de guisa que un solo intento exitoso puede cubrir los costes de toda una operación criminal.
Una vez que el número de teléfono de una persona llega a manos de los ciberdelincuentes, estos igualmente pueden manipular su cuerda telefónica, desviando las llamadas a números bajo su control. De esa guisa, pueden ceder a datos e información sensible de sus víctimas.
Los riesgos del robo de identidad van desde el desvío de las llamadas bajo el control del delincunente al rodo de datos
Con el uso de la Inteligencia Industrial (IA) para clonar voces, estas llamadas parecen ser legítimas y suelen provenir de números auténticos, lo que aumenta la credibilidad del simulación y la posibilidad de éxito.
Es posible evitar este tipo de estafas telefónicas pero, para ello, es fundamental confirmar el origen de la persona o el remitente que se quiere poner en contacto. Siempre que se reciba una solicitud de datos personales de una entidad de confianza, lo mejor es llamarles primero y preguntar si la solicitud recibida es auténtica.
Asimismo es posible evitar desvíos de llamadas o intercambios de plástico SIM. Para ello, conviene solicitar al proveedor u cámara de la cuerda que la proteja utilizando factores de seguridad adicionales, como bloqueos de SIM para impedir su cambio o verificaciones más complejas. Por otro banda, es recomendable tener cuidado con la información que se comparte ‘online’ y delimitar la exposición pública de estos datos.
Para terminar, es esencial consumir antivirus actualizados y programas de seguridad en el móvil, ya sea un dispositivo de uso personal o profesional.