La Policía salva ‘in extremis’ a una mujer que se iba a tirar al vacío acorralada por su maltratador y violador


La historia detrás de cada mujer víctima de maltrato es distinta, por muy parecido que pueda ser su báratro. Incluso, como el caso que nos ocupa, la desesperación por huir de su suplicio puede llevarla a querer lanzarse al vano, desde un cuarto carretera y apurar con su vida, con tal de trastocarse de una vida que no es vida. Y todo ello ocurre cuando los resortes de protección no han funcionado como debían.

La Mecanismo de Protección y Reacción (UPR) de la Policía Doméstico estaba la aurora del 14 de septiembre, sobre las 3.10 horas, patrullando la zona de Usera-Villaverde vigilando la posible presencia de bandas latinas, muy global en esos distritos, cuando fue comisionada por el 091 porque en la travesía de Santoña un individuo amenazaba con un cuchillo a su pareja. La víctima,, desesperada, se estaba descolgando del alféizar de la ventana reclamando que acudiera la Policía. Estaba en la cornisa.

Un primer indicativo de Usera fue cerca de allá, al oír los gritos de la mujer y del macho. Al ganar comenzaron los agentes a cuchichear con ella, le preguntaron su nombre para tranquilizarla y llamaron al Samur y los Bomberos, por si se defenestraba.

Mientras un funcionario le pedía que volviera internamente, su compañero acudió al domicilio, donde le abrió el luego detenido, Marcelino Venerable Amarante, de 60 abriles, nacido en República Dominicaba pero nacionalizado gachupin. Lo engrilletaron.

Paralelamente y mientras desde fuera hablaban con la mujer, otro policía se acercaba a ella por detrás, y ajustado cuando iba a tirarse al asfalto, pudo agarrarla por una mano y salvarle la vida. «No puedo más, estoy harta de que me maltrate. Hoy ya me ha pegado, me ha amenazado con un cuchillo y me ha violado«. El maltrato era habitual, hasta el punto de que tres semanaas a espaldas hubo un discernimiento rápido y a la mujer le denegaron la orden de protección. La chica al punto que tiene 19 abriles y es de Paraguay. En el carretera había otras dos mujeres, testigos de lo sucedido.

Tan heroica fue la batalla de estos agentes, que la propia comisaria jefa de la Policía Municipal de Villaverde ha enviado un escrito felicitando a los policías nacionales actuantes por su labranza. Cuando llegaron, el funcionario agarraba de su mano a la señorita, que colgaba ya por la porte y tenía sus pies apoyados en el toldo del carretera inferior, a un segundo de la homicidio.

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