Pasó lo que pasó | Al acabar se ponen con la plancha


El clásico

Pasamos parte de la semana brazos en jarras viendo el Debate de investidura en el Congreso de los Diputados con la misma actitud con la que miramos alrededor del faro para ver cómo el barrio atraviesa un problema de lavandería. Toda España (un concepto cada vez más difícil de definir) se viene preguntando cómo si un posible gobierno, especialmente su hipotético presidente, perdona los desmanes judiciales de un prófugo, tendremos cuatro años más de lo mismo que los últimos. No había nada en el bolso de Feijóo que interesara al personal aparte de la indulgencia hacia el personal de Waterloo. Cuando alguien quiere algo de Zara, da igual que lo ponga en H&M. Ni siquiera quiere coger la prenda en la mano e ir al probador. Al de Os Peares le ha ido muy bien perdiendo porque es la derrota la que purifica y dignifica. La victoria es de soberbios y engreídos, pero hay que esperar a ver si Sánchez la consigue. Mirad, el presidente del PP ha perdido“Viva el presidente”, dice la popular parroquia ya o de momento. Muy de vez en cuando merece la pena ver la televisión y estar atento a los debates, así en un giro de cámara podemos ver a los diputados orenses animando desde el banquillo o echando espuma por la boca, según se pertenezca al partido de Villarrriba o al de Villabajo. Es una de las pocas veces que los verás. Luego cuando termina el debate salen orgullosos de haber favorecido un gobierno de progreso o de cerrar el camino a la independencia. Todo queda en esa simplificación. También Desde Ourense hemos estado atentos para ver el espectáculo, sentado, viendo cómo se juega un clásico, un Madrid-Barça, que también tiene sus implicaciones políticas. Animando o gritando, dejando que los nuestros dependan, una vez más, de Madrid y, más que nunca, de Barcelona.

Esperar

Es importante respetar los ritmos institucionales y la liturgia de los procesos electorales, esencia de la democracia. Durante el debate nos distraemos creyendo que lo más importante está ahí. Como mucho, esperar a que los gladiadores terminen el combate y luego recoger los restos para que no huelan bajo el sol de la tarde. Cuando terminen los combates, o incluso si tenemos que volver a votar en enero, los elegidos tendrán tiempo para cuidar la plancha, que hay muchos. Mientras tanto, Puigdemont como plato único. El déficit público está fuera de control, el modelo territorial y su financiación es un Tetris. Los desafíos son tantos que incluso sería demasiado perezoso enumerarlos. En Ourense más de un tercio de la población tiene ya más de 65 años, por lo tanto lo único que queda pendiente es la ventanilla del Seguro Social para la pensión y la lista de espera del médico. Por debajo hay poco alivio para sustituir y contribuir al pánico que necesita la alcancía de las pensiones. Esa pirámide invertida amenaza con caer por las leyes de la física y el invierno demográfico, pero también por el débil ambiente laboral, lo siento Yolanda Díaz. El periódico anunció que dentro de cinco años todos los de Quique se jubilarán aquí y no habrá nadie que toque el timbre para entrar al trabajo. Eso, al ser urgente, también tiene espera. Primero planchan la ropa de los catalanes. Luego, si es así, la de todos los demás. Apílalo en un rincón.

Pizarro y el otro

Veinte peruanos han venido para conducir camiones y establecerse en Baños de Molgas, según el periódico del viernes. Los nuestros ni conducen ni repoblan, por lo que podemos ver. No hay trabajo que merezca la madrugada nuestra; No hay ninguna ciudad que quiera echar raíces, como lo demuestran obstinadamente los números. Nadie quiere conducir el camión., ni ser panadero, carpintero y tantos otros oficios que hipócritamente tienen más pedigrí social. Francisco Pizarro y Diego de Almagro, que emprendieron la conquista del Perú hace seis siglos, ahora regresan con toda su fuerza.

Ropa

Ahora Sánchez lo intenta, como si no lo hiciera desde la noche del 23 de junio. Si lo consigue, España será aún más progresista que antes, y mira que ya lo es. Más tolerantes con los deseos territoriales, que se cubrirán con mucho dinero y medidas judiciales ad hoc. Seguramente a costa de lo habitual o de lo habitual. Y mientras En la habitación la ropa seguirá amontonándose sin planchar..

El portafotos

nico el perro
nico el perro

Nico no tiene apellido, pero todo pasará. Es inteligente como el hambre y fiel como seguramente no lo son cientos de humanos. Hay sospechas de que conoce el Ley de Bienestar Animal porque no es lo mismo de siempre. Elegante, su porte es ahora engreído. Últimamente ya se parece a John Wayne en “Centauros del desierto”, haciendo gala de un aura de autoridad que hace temer que la dibuje en cualquier momento.

Al igual que sus pares, terminará sindicalizándose para exigir todos los derechos que otorga el nuevo marco legal que el Gobierno, progresista, por supuesto, aplicará. Ha empezado a exigir una corbata en lugar de una correa. Aún No está muy claro que se garanticen los derechos de las personas mayores o de los niños de este país y de cualquier otro, por ejemplo, pero por algún lado se empieza. La insensibilidad sigue permitiendo la soledad y el olvido de los familiares, pero no todas las emociones personales e instintos primarios están legislados.

Los que afectan a los animales, ahora sí. Wayne, en la película mencionada dijo: “Un hombre blanco monta a caballo hasta morir y luego continúa a pie. Luego llega un comanche, levanta el caballo, lo monta veinte millas más y luego se lo come, esa es la diferencia”. Nico no mordería a John, lo denunciaría. Él también está cambiando eso.

Cuando pones la lupa

Carretera de las Rías Baixas
Carretera de las Rías Baixas

Adelanta a Forrest Gump en la Ruta 66

La autovía de las Rías Baixas, que conecta Vigo con Benavente y luego con otras infraestructuras de la España radial, ha cientos de baches y otras deficiencias que lo hacen incómodo. Fue el que nos hizo perder los pelos en el prado, superando el Plan de Acceso a Galicia de los años de la dictadura, y sabiendo lo que eran las carreteras de dos carriles por sentido.

Adiós As Estivadas donde siempre olía a freno de camión y los inhóspitos túneles, en los que resonaba el ruido ensordecedor de los camiones de Barreiros camino de Madrid a dejar la merluza. Era como nuestra Ruta 66.que desde la década de 1920 todavía une puntos troncales de Estados Unidos, desde Chicago hasta Los Ángeles.

El diario recordó Pésimo estado de conservación de la A-52 y, de paso, señaló a los diputados y senadores que lo frecuentan de camino a Madrid y viceversa, que no deben enterarse todavía de cómo se encuentra. Son como Forrest Gump, que corrió por la Ruta 66 en Arizona, pero no le importaba hacia dónde iba.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *