Así es Vákner, la criatura mitológica gallega que devuelve el camino de Santiago a la Edad Media


Cuenta la divisa que, a finales del siglo XV, los habitantes de la población de Dumbría, un municipio situado entre Santiago de Compostela y Finisterre, vivían atemorizados por la presencia de una figura terrorífica que había impedido el paso en el camino a grupos numerosos de personas. Un monstruo huidizo, misterioso e inútil de capturar al que hizo remisión escrita un prelado armenio.

Se llamaba Mártir y en 1485 emprendió una peregrinación desde la ciudad armenia de Erzincan, ciudad y diócesis de Armenia situada en la península de Anatolia, contemporáneo Turquía. Recorrió Europa y llegó a Santiago de Compostela en 1492, desde donde siguió a Finisterre. En Galicia pasó 84 días. De su delirio, dejó un manuscrito que fue traducido al gachupin en 1898.

El prelado relata: “Recibí la congratulación de Santiago, me puse en camino y llegué a la extremidad del mundo, a la playa de la Santa Doncella, a un edificio que fue construido por la propia mano del catequista San Pablo y que los francos llaman Santa María de Finisterre. Padecí muchos trabajos y fatigas en este delirio, en el cual topé con gran cantidad de bestias salvajes muy peligrosas. Encontramos el vákner, animal salvaje noble y muy dañino. ‘¿Cómo, me decían, habéis podido salvaros, cuando compañías de vigésimo personas no pueden sobrevenir?’ Fui en seguida al país de Holani, cuyos habitantes se alimentan incluso de pescado y cuya tierra yo no comprendía. Me trataron con la anciano consideración, llevándome de casa en casa y admirándose de que hubiese escapado del vákner”.

Pero, ¿qué era el vákner?

Según lo describe el prelado, se negociación de un animal único, una criatura diferente de cualquier otro ser de la naturaleza y de la mitología. Una bestia que interrumpía el paso a los grupos de peregrinos que atravesaban la comarca, y lo hacía sin más ayuda, por lo que deducen que no era un oso, ni un lobo o un sagaz. Algunos investigadores señalan a la palabra indoeuropea wagh, que significa ‘abroncar, resonar, retumbar’. Otros se decantan por la palabra danesa vakker, que significa «alerta» y, sobre todo, el palabra del antiguo nórdico vargr, que significa lobo. Finalmente, fue esa la acepción que dio sitio a este ser que ya forma parte de la tradición y la civilización mitológica de Galicia.

Un lobishome que atrae ahora a peregrinos y turistas

Hace cinco primaveras, con la intención de dar un impulso a la imagen de Dumbría y al Camino de Santiago, se creó en la comarca el plan ‘Comarca Vakner’. Como idea central y permanente, el concello instaló en O Ámbito do Couto una escultura de bronce de este hombre lobo medieval de casi 5 metros de pico y unos 1.300 kilos de peso. Un auténtico aliciente que atrae cada año a numerosos peregrinos y turistas.

Por otra parte, el concejo organiza un certamen intelectual en torno a esta figura mitológica dirigido a todos los públicos con el fin de divulgar esta parte de la historia.

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Himar González

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