«Este disco coincide con mi caída libre en lo personal»


Su nuevo disco ‘Big Wave’ ha sido reseñado de sobresaliente para hacia lo alto en los medios especializados más prestigiosos de España y Reino Unido, aparece en las más exigentes listas de los mejores discos del año, su música ha viajado tan remotamente como para ser entrevistada por el software radiofónico japonés Maximum Caffeine Overdose Radiodifusión, y estrellas del rock como Bunbury la sitúan entre lo mejor que está dando la estampa doméstico en los últimos tiempos. Así es el momento dulce que está viviendo Joana Serrat, una cantautora afincada en un pequeño pueblo de Cataluña llamado Montesquiu, que este jueves recepción la caudal adentro del ciclo Momentazos del hotel Canopy by Hilton (21h, entradas desde 15 euros).

-Siempre es un placer recibirla en Madrid, ¿qué se va a encontrar el divulgado esta vez? Imagino que ‘Big Wave’ sonará de lengua a rabo, ¿no?

Es un placer venir a Madrid, me encanta y siempre lo paso excelente. El divulgado va a poder escuchar ‘Big Wave’ así como otras canciones que forman parte de mi repertorio, de las cuales no puedo prescindir porque me lo paso excelente tocándolas y son muy representativas.

-¿Hay poco que le guste hacer en Madrid en sus ratos libres, cada vez que viene? ¿Qué le gusta más de la ciudad, y que gustaría que cambiase?

La verdad es que siempre que vengo no tengo demasiado tiempo para dedicarme a explorar la ciudad con tiempo. Pero me encanta pasear, recorrer sus calles, tomarme una cerveza, entrar en las tiendas de discos, de ropa y librerías. ¡No conozco Madrid lo suficiente como para pedir ningún cambio!

-‘Big Wave’ ha tenido unas críticas fantásticas, ¿eso sigue siendo importante para usted, ahora que dicen que «la crítica musical está muerta»?

Valoro mucho el oficio del crítico y me hace mucha ilusión tener tan buen feedback de las reseñas de ‘Big Wave’. Siempre es un gusto ver que aquello que has intentado conseguir sea percibido y entendido como tal.

-¿Cómo fue morder el disco en el Echo Lab de Tejas?

No había ido nunca, esta era la primera vez que grababa allí. Fue una experiencia muy intensa y quisquilloso pero muy necesaria y de la cual he aprendido mucho. Trabajar con Matt Pence, el productor, ha sido un auténtico suntuosidad y una clase imponente maravillosa. Me voy a Texas porque es donde tengo los amigos con quiénes me ha apetecido hacer discos.

-Normalmente, lo primero que se graba de los discos es la formación, pero creo que esta vez todo partió de su voz a capella, ¿es así?

La cinta la hicimos todos en directo, tocando todos juntos, metodología clásica, vamos. Lo que sí que fue diverso es que, durante los ensayos en el estudio, ayer de morder las tomas, con algunas de ellas, las empezamos a concebir a partir de la proporción de la voz. Como quería alejarme del sonido hecho anteriormente, Matt Pence, pensó que sería ideal trabajar así, para darle un nuevo enfoque.

-Creo que la cinta fue en abril de 2022, ¿por qué ha tardado dos primaveras en ver finalmente la luz?

Primeramente, porqué las mezclas no se pudieron hacer hasta enero de 2023 por incompatibilidad de agendas entre Matt Pence y yo. Y a posteriori de esto, el disco tenía que salir con Loose Music, que es la discográfica inglesa que ha publicado mis discos desde ‘Cross The Verge’ en 2016, y en marzo de 2023 acordamos sacarlo en abril de 2024 pero en noviembre de 2023 cancelaron su acuerdo. Así que, de algún modo, perdí nueve meses.

-¿A qué se debe ese punto extra de ferocidad en el sonido que hay en el disco? ¿Tiene poco que ver con la superación de cierto síndrome del impostor que, según he sabio, le acechó durante esa época?

Las dudas aparecieron a posteriori de la concepción del disco. Es sostener, durante el momento de composición del disco, de las canciones, sabía que quería un trabajo agresivo, feroz, con ruido y mucho peso. Ese momento de colapso y de interrupción me pilló por sorpresa estando ya en las grabaciones de ‘Big Wave’. No fue nulo atún, la verdad, pero salí de ello. La menester sonora del disco viene por la menester de mostrar este mundo contemporáneo, que es estupendo, violento, saciado de ruido; en este sentido, esto se alineaba con mi momento personal, de caída desenvuelto en el infructifero, de derrumbamiento y sensación de efimeridad. Quería hacer un disco que hablara de la menester de finalizar con las viejas estructuras, que tienen que ser substituidas por una concepción nueva y lucha del mundo.

-La delirante velocidad con la que vivimos en esta vida moderna, ¿no es incluso una especie de ‘big wave’ en sí misma?

Totalmente. El ruido y el entorno a veces pueden ser asfixiantes y, el mundo, desalentador. Cuando el sistema no funciona, es injusto y corrupto, te sientes insignificante, como un roca de arena en el océano.

-Hablando de velocidad, ¿está ya pensando o incluso componiendo para lo próximo que vendrá? ¿Cree que la catarsis de ‘Big wave’ influirá de algún modo en su sucesivo disco?

Mis discos son un refleja de mi vida. Mi sonido son mis vivencias. Procuro no producirse mucho tiempo sin hacer canciones, y aunque las canciones que voy haciendo no me gusten del todo, es una cuestión de no alejarme demasiado de esta rutina; creo que hay canciones nuevas que pueden formar parte de un disco nuevo, pero nunca se sabe. La vida está en constante movimiento.

-Su plan ‘Riders Of The Canyon’ nos dejó a todos alucinados, ¿va a tener continuidad?

¡Muchísimas gracias! Estoy super agradecida a Victor, Matthew, Roger y David por todo lo vivido hasta ahora. Está siendo muy atún poder compartir grabaciones y carretera con todos ellos. Tenemos precisamente concierto en el festival de Blues de Cerdanyola el día 4 de octubre y el día 30 estaremos en el BIME. No hay excusas para no venir. ¡La manada suena como un trueno!

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