El separatismo ve en la investidura de Snchez la “oportunidad” para “sustituir el 1-O por otro referndum”


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Tras reunificarse para indicar al socialista el precio de su reelección, el independentismo lanza una negociación que garantiza la amnistía y abre la puerta a otra votación separatista, esta vez vinculante.

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El líder de Junts, Carles Puigdemont.EFE
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Junts considera el 1-O su fecha fundacional, el acontecimiento que explica su existencia y que sustenta su volátil y radical doctrina. Defiende el partido Carlos Puigdemont que el mandato del referéndum unilateral celebrado en 2017 sigue vigente, es decir, que su resultado es válido y aplicable, aunque nunca ha podido explicar cómo ni cuándo piensa ejecutarlo.

El expresidente de la Generalitat, Quim TorraEl autoproclamado ayuda de cámara de Puigdemont acuñó el término impulso para bautizar el eventual surgimiento de una oportunidad que permitiría al secesionismo completar la ruptura del orden constitucional y saltar de la legalidad autonómica a la descrita en las leyes de desconexión aprobadas ilegalmente por el Parlamento hace poco más de seis años.

Torra nunca tuvo la oportunidad de materializar su idea, que consistía en impulsar una movilización permanente en defensa de los derechos civiles que acabaría derribando la resistencia del Estado a aceptar como válido el resultado del 1-O. Fue precisamente en el primer aniversario del referéndum ilegal cuando el entonces presidente arengó a los Comités de Defensa de la República (CDR) con el grito de prensa ¡tienen razón en presionar! Llegar al final. Mi único límite es el Parlamento de Cataluña, es el único al que debo lealtad, había defendido poco antes Torra al exponer su estrategia para completar la proceso.

La ola de violencia que asoló Cataluña en el otoño de 2019 tras la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes independentistas fue lo más aproximado a los planes que Puigdemont trasladó a Torra durante su estéril mandato, pero ahora, en el sexto aniversario del 1-O, cree haber entregado al prófugo de la Justicia española con eso impulsoque, si bien no permitirá aplicar el resultado de la votación ilegal de 2017, favorecerá su sustitución por un nuevo referéndum acordado con el Estado. Es nuestra oportunidad, reconocen fuentes posconvergente.

Así se refleja en la resolución que Junts y ERC aprobaron conjuntamente en el Parlament el viernes. sa en la que el precio de la investidura de Pedro Sánchez.

El Parlamento de Cataluña afirma que la resolución del conflicto político entre Cataluña y el Estado español pasa por vías políticas y democráticas, y se reafirma en la defensa del derecho a la autodeterminación, es decir, en el que Cataluña puede decidir su futuro colectivo a través de un referéndum, comienza el texto, para luego precisar: De esta manera, el mandato que surgió del referéndum del 1 de octubre de 2017 podrá ser sustituido por un nuevo referéndum acordado con el Estado.

Asimismo, el Parlament se muestra favorable a que las fuerzas políticas catalanas representadas en las Cortes españolas no apoyen una investidura de un futuro Gobierno español que no se comprometa a trabajar para hacer efectivas las condiciones de celebración del referéndum, zanjando la moción que indica Sánchez el canon a pagar al secesionismo para ser reelegido y que, en paralelo, ofrece una salida a Junts para abandonar el callejón sin salida en el que lleva años instalado al negarse a enterrar el 1-O, pero tampoco ofrecerá una alternativa para completar ese mandato que sigue pregonando como vigente.

Ahora Puigdemont tiene el pretexto para iniciar un camino indefinido hacia un nuevo referéndum, de ahí que lo que se le exige a Sánchez no sea la organización inmediata de esa votación secesionista definitiva, sino que se comprometa a trabajar para hacer efectivas las condiciones de su referéndum. celebracion; una redacción vaga que, sobre todo, busca no arruinar la operación que podría facilitar el libre regreso de Puigdemont a España, sin ser jamás detenido ni juzgado.

Y es que, si se requiere compromiso con el referéndum, la amnistía ya se da por hecha. El presidente de ERC volvió a dejarlo claro ayer. “Damos por sentada la amnistía y no renunciaremos a la autodeterminación”, proclamó con claridad meridiana. Oriol Junqueras, colocado junto a una de las icónicas urnas del 1-O. “La autodeterminación es el único camino que consideramos”, abundó en un mensaje que tuvo su claro destinatario en Sánchez.

El republicano definió la medida de gracia como un paso esencial, pero no el punto final del proceso de liberación nacional. Tanto ERC como Junts pretenden que Sánchez acepte una amnistía diseñada al milímetro y se la ofrezca a su parroquia como el mal menor que está dispuesto a conceder al separatismo, que, con esta prebenda atada, se abriría a negociar con los socialistas. una solución honorable en relación al referéndum, si es que puede serla para el PSOE.

A la espera de que llegue ese momento en la negociación, Puigdemont sigue centrado en ofrecer a su parroquia sofisticaciones altisonantes. Llevamos seis años defendiendo firmemente el referéndum de independencia del 1-O. Hay quienes quisieran que nos olvidáramos y pasáramos página. No es nuestro caso, ni el vuestro, y tenemos que demostrarlo, declaró ayer Puigdemont, mientras el secretario general de Junts, Jordi Turull, llamaba a la movilización durante el aniversario del 1-O.

Se consuma la fallida investidura de los populares Alberto Nez Feijoy después de que Sánchez haya declarado que será coherente con lo que se ha hecho en Cataluña en los últimos años, el secesionismo cree haber encontrado definitivamente su lugar impulso.

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