Alan Antonio Antía, vecino de Murcia, dijo a LA VERDAD que estuvo este sábado por la noche en una cena en la que participaron veinte personas de entre 30 y 50 años en el local La Fonda, una de las discotecas que ardió durante la madrugada del domingo. mañana. en la zona de ocio de Atalayas, en una trágica noche que dejó varios muertos.
Todos los asistentes a la celebración eran inmigrantes de Nicaragua, excepto uno de Ecuador. La cena comenzó sobre las ocho de la noche y tras la misma un grupo de nueve personas continuó la fiesta en el establecimiento.
Este asistente posteriormente se fue a dormir a su casa, lo cual pudo hacer hasta que recibió una llamada informándole del suceso. «Me llamaron al celular a las 5:30 de la mañana.. Tomé mi scooter y al llegar a la zona de Atalayas me encontré con que la tienda La Fonda estaba en llamas. El techo ardía y algunas personas que estaban en la planta baja lograron salir. La gente comentaba que había mucha gente dentro. “Fue muy angustioso”, explicó.
«De las veinte personas de mi grupo que estaban dentro, nueve no salieron. Nos han dicho que han encontrado seis cadáveres; esto es agonía. No sé por qué nos dicen que los cadáveres están en la discoteca Teatre, porque cuando llegué el Teatre estaba cerrado. Sólo queremos saber qué pasó y que es lo que Dios quería”, añadió.
Alan comentó que entre las personas que acudieron a La Fonda se encontraban familiares y amigos, entre los que citó a “Tania, su esposo Jon (de Ecuador), Sergio, Eric y Porfilia”. En concreto estaban celebrando el cumpleaños de Eric, su primo, que cumplía 30 años. Los participantes en esta trágica fiesta residen en Murcia desde hace 17 años, y trabajan como repartidor, albañil, camarero y cuidador de personas mayores.
«Este es un golpe muy duro que te da la vida»
Otro asistente, Walter Hernández, de treinta años, se encontraba en la planta baja del establecimiento La Fonda cuando de repente se preocupó: “Empecé a oler humo y vi que venía de los ventiladores del bar de abajo. Inmediatamente vimos que el humo salía del piso de arriba y los empleados del club comenzaron a decirnos que evacuáramos. Entre los trabajadores y algunas personas que estaban abajo ayudamos a mucha gente a salir a la calle. “Había cientos de personas en el piso de arriba. club porque hubo muchas celebraciones”.
«Vi a mi primo Jordan y pensé que todo estaba tranquilo. Luego me fui a mi casa, en el barrio Progreso, esperando que estuvieran mis familiares, pero no había nadie. Como no tenía medio de transporte caminé hasta Atalayas. Cuando llegué me encontré con el desastre”, dijo a LA VERDAD.
“Este es un golpe muy duro que te da la vida”, declaró Walter, que trabaja como jardinero y cuyo jefe acudió a consolarlo y ofrecerle ayuda al Palacio de Deportes de Murcia, donde el Ayuntamiento instaló salas de apoyo psicológico para familiares.
Walter agregó que “nunca me imaginé que lo que empezó como una cena de cumpleaños en La Fonda, en Puente Tocinos, sirviendo comida colombiana, terminaría así”.
Este sobreviviente del incendio comentó que entre las personas que quedaron “atrapadas” en la discoteca hay siete de Nicaragua y dos de Ecuador. Entre estos últimos citó a “Jon, aunque le gustaba que le llamáramos ‘Muerto’, y Rafael, al que cariñosamente llamamos Rafa y del que su pareja, Gloria, está esperando noticias delante de la discoteca”. También están Eric y su pareja, Orfilia del Carmen.
La tía de Walter, Inés García, atendió a los periodistas entre sollozos y sin perder “la esperanza sobre la suerte de mis familiares”. “Esto es muy difícil. No tenemos noticias de mi cuñada Marta y sus hijos Eric y Sergio”, lamentó.
Mejor suerte corrió la trágica madrugada de este domingo 1 de octubre para Víctor Míchel Valencia, 27 años. Y, con él, su padre, el también Víctor, ambos originarios de Ecuador. «Mi hijo me acaba de escribir un WhatsApp diciéndome: ‘Papá, estoy bien’. Estaba muy preocupado, porque va a la discoteca Golden y no ha vuelto a casa en toda la noche y esta mañana. He decidido venir al Palacio de Deportes, después de ver la noticia del incendio. Afortunadamente, ahora mismo me está escribiendo. Gracias a Dios, está bien. “Mi hija ha estado buscando a su hermano por Internet”, dijo el hombre.