Hace dos meses que dos concejales de Vox entraron en el equipo de Gobierno de Hellín y ahora su corregidor, Manuel Serena, del PP, defiende en una entrevista con Europa Press que «es bueno» y que «no ha venido el demonio».
En las últimas elecciones municipales, el PP logró 10 concejales por los ocho del PSOE y los de tres de Vox. Manuel Serena fue preferido corregidor y relevó al socialista Ramón García, que había estado los últimos ocho abriles. «Nosotros ocupamos el espacio político del centro derecha, pero no somos la derecha radical ni la izquierda escorada que representa el PSOE. Somos el punto medio, por eso queríamos intentar que las cosas salieran delante con unos y con otros», explica. Sin confiscación, al angla de unos meses «se vio que era complicado, sinceramente».
La presentación del primer presupuesto marcó «un punto de inflexión» porque los datos económicos «eran complicados de encajar» y tras la Semana Santa se comprobó que «no había confluencia» ni con Vox ni con PSOE. A la hora de negociar un posible acuerdo, el PSOE contestó «de forma breve y sincera» que «no iban a pactar carencia», mientas que Vox «sí tenía voluntad» de pactar.
«Al final, cuando estás en un comunidad, te piden que la farola que no alumbra, que alumbre; que la calle que lleva 20 abriles sin asfaltar, que hay que darle una reverso; y cuando no traga una alcantarilla, asimilar qué pasa y que se arregle», expresa el corregidor.
En este contexto, Vox «no pidió cambios radicales», sino que reclamaban décimo en el día al día del pueblo, por lo que dos concejales entraron en el equipo de Gobierno. Uno de ellos ocupa la concejalía de Comercio y otro la de Sanidad y Tribu. Los dos «con competencias muy limitadas».
Y, de momento, no ha habido «ninguna crisis de gobierno ni institucional». «No ha venido el demonio a regentar el Concejo de Hellín, seguimos prácticamente los mismos, y así vamos delante y la idea es que dure tres abriles más», defiende Serena, para quien «las políticas locales tienen muy poca ideología».
El pacto incluye 30 medidas y en él no influyen «las políticas nacionales de uno y otro partido». «No soy partidario de que el pleno se convierta en un pleno de política doméstico, lo que quiere la gentío es resolver los problemas del día a día, aunque lo que más llame la atención a los ciudadanos es que nos enfrasquemos en discusiones nacionales», considera.
Los ‘pisos patera’ y la bandera del Día del Orgullo
En cuanto a las iniciativas novedosas, Serena menciona la norma que regula el padrón municipal, que sancionará «aquellas prácticas que ahora mismo quedaban en el halo». Se refiere a los ‘pisos patera’, donde antaño se empadronaban diez personas y que son ocupados por población inmigrante «que trabaja en el campo y no están en las mejores condiciones de habitabilidad». «Hay herramientas para detectarlo y sancionarlo», asegura.
Por otro costado, preguntado por la colocación de banderas en el galería del Concejo con motivo del Día del Orgullo LGTBi, el corregidor ha protegido que «se cumplirá la ley tal cual está escrita», lo cual «no evitará que se pongan en el galería banderas, pero en el galería colateral». «Lo que no haremos será cambiar una bandera institucional por la bandera del Orgullo, que nunca se ha hecho. Eso no implica grandes cambios», añade.
«Lo que no podemos es convertir el galería del Concejo en un galería de guirnaldas. Otros edificios y otros monumentos se pueden hacer un poco más festivos, pero el galería del Concejo tiene que ser un sitio que represente a la mayoría de la ciudadanía o que represente, en ciertos momentos, ciertas reivindicaciones sociales que son transversales», concluye.