Un comité popular declaró este miércoles culpable de homicidio con desventaja por desprecio a las mujeres al autor del crimen de Santa Marta de Tormes, un hombre de 41 primaveras que, según el veredicto emitido hoy por unanimidad, acabó con la vida de su víctima, de entonces 46 primaveras, el 5 de enero de 2023. Tanto el fiscal como la reproche particular, que aprecian felonía y ensañamiento, solicitan para él una pena de 25 primaveras de mazmorra y diez de permiso vigilada, así como indemnizaciones en concepto de responsabilidad civil para los familiares.
La Audiencia Provincial de Salamanca acogió este mediodía la lección del veredicto por parte del comité popular designado para ver los hechos durante los tres días que ha durado la audiencia, incluyendo la deliberación que arrancó en la tarde del martes y hoy concluyó. Tras la expulsión, la defensa del condenado solicitó la pena mínima para el homicidio, 15 primaveras, y expresó que la cuantía para la pareja de hecho de la víctima es «desproporcionada» aunque se mostró conforme para la requerida para la tribu, presente en la sala, informa Ical.
Según los hechos que el comité considera probado, el homicidio se produjo en la tenebrosidad del pasado 4 de enero de 2023. El homicida contactó a la víctima para un servicio de prostitución, como había hecho en anteriores ocasiones, y tras consumir bebida y drogas la ató a una mesa, en un principio, con su consentimiento para un supuesto recreo sexual. Sin secuestro, en torno a las 2.30 horas ya del 5 de enero comenzó a golpearla sin posibilidad de defenderse, una paliza que se prolongó durante unos 45 minutos.
Los golpes fueron de tal violencia que se escucharon perfectamente por parte de algunas vecinas, tal y como declararon en la audiencia vocal. De hecho, uno de ellos fue una patada anterior que fracturó el cráneo de la víctima. El homicida la trasladó aún con vida a la bañera dónde la asfixió acabando, finalmente, con su final aliento. Luego, contactó con varios amigos para que le ayudaran a deshacerse del muerto, pero nadie acudió. Por otra parte hizo fotografías y vídeos del muerto.
Finalmente, limpió la casa, trató de deshacerse de varias pruebas en un contenedor y se desplazó al centro de sanidad de Santa Marta de Tormes donde declaró que tenía a una mujer que se había poliedro un guantazo en la bañera. Esperó en la puerta a los sanitarios y, poco posteriormente, a la venida de los efectivos policiales y de Municipal Civil, resultó detenido y trasladado al centro penitenciario donde permanece desde entonces en prisión preventiva.