«Hemos llegado con un retraso de casi tres horas»


Cristina tenía que acaecer nacido este miércoles de la época Madrid Puerta de Atocha-Almudena Grandes en el tren de las 18:45 y acaecer llegado a Toledo media hora posteriormente. Pero el horario no se cumplió. En invariable. Pisaba la época de la caudal de Castilla-La Mancha a las 21:50, con una retraso de casi tres horas.

«Lo primero que nos dijeron desde Renfe es que había una avería en la infraestructura y que ya conocían, porque el tren precedente a Toledo, el de las 17:45, estaba parado en Getafe. Y aún así nos montaron en el tren», relata Cristina. «Avanzamos unos cien metros, se paró, nos estuvieron esperando y nos dijeron que en unos vigésimo minutos se resolvería», continúa.

Pero no, ni se movieron. «Nos invitaron a salir a tomar el éter en el andén y nos tuvieron como otra media hora. Luego nos dijeron que volviéramos a contar y así hicimos», con la esperanza de durar a casa cuanto antaño. Pero siquiera. «Avanzamos cien metros, ya sin el andén donde poder salir, y a la cumbre de la época de Méndez Álvaro se volvió a detener. Allí nos tuvieron hasta que conseguimos coger velocidad y durar a Toledo», donde esperaban, igualmente desesperados, los pasajeros que iban a Madrid.

En el trayecto, una pareja se mareó, pero el personal de la compañía no pudo facilitarle agua ni otras bebidas porque la máquina estaba precintada. «Nos dijeron que no nos daban ausencia», afirma taxativa Cristina. Añade que, según Renfe, era una avería en la señalización, lo que estaba afectando a todos los trenes de entrada y salida de Atocha.

Al durar a Toledo, la supervisora les informó de que, posteriormente de un plazo de 24 horas, podían solicitar la devolución del patrimonio del billete. «Pero les costamos dos euros cada pasajero con el bono», se lamenta.

Para esta pasajera habitual, estos contratiempos no son nuevos. «Por desgracia, lo estamos sufriendo todos los días. Todos los días pasa. Es horroroso. Llevo quince abriles realizando este trayecto para ir a trabajar y lo que estoy sufriendo en este postrer año y medio no lo padecimos antaño», asegura.

Hoy se irá a tumbarse con la intranquilidad de qué sucederá este jueves cuando vaya y vuelva de la caudal de España para currar. Una aventura que se puede convertir en un nuevo suplicio.

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