No deseo esto a nadie


A pie, en tren, incluso en avión. Miles de personas intentan ingresar a Estados Unidos por cualquier medio. “Abran esa puerta, por el amor de Dios, para entrar allí”, suplica un joven migrante venezolano a las puertas del borde. Es un largo viaje de miles de kilómetros, soportando todo tipo de penurias. Temperaturas cercanas a los 50 grados, riesgo de violaciones, robos e incluso ser asesinados. “Estamos con niños, no sabemos qué hacer. Aquí no somos delincuentes”, dice una joven madre.

Más de 8.000 personas intentan entrar ilegalmente a Estados Unidos cada día

Sin embargo, el destino de la mayoría, una vez que llegan a la frontera, es ser repatriados a los países de los que huyeron. Un desenlace que resultó demasiado amargo y frustrante, por lo que Elvis envía este mensaje a quienes piensan en emprender esta aventura: “No vengas. No le deseo esto a nadie.”“.

Huyen de sus países debido a la pobreza, la violencia y la discriminación. Este es el caso de Yoli. Suplica ser bienvenida por su condición sexual. “No es mi culpa por ser así, por gustarme las mujeres, es como todo, somos seres humanos”, dice entre lágrimas. Yoli es una de las decenas de migrantes varados en el aeropuerto de Chicago. Esta ciudad ha pasado de tener 6 a 21 albergues. “Hay quien habla de más controles, de cerrar fronteras, y sabemos que eso no funciona. Lo seguirán intentando”, afirma el subdirector de la Organización Internacional para las Migraciones, Ugochi Daniels. Varias ciudades estadounidenses, especialmente las de la frontera con México, afirman que no tienen los medios para afrontar esta crisis humanitaria.

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