Málaga se acostumbra a celebrar los títulos de Unicaja


La apego de Unicaja empieza a ver la trofeo como poco cercano, tras abriles de una dura travesía por el desierto. A los pies de la Casto de la Conquista, el equipo, otra vez, se dio un baño de masas este jueves por la tarde. La ciudad está en una era dorada de su equipo de baloncesto. Lo sabe. «Hay que disfrutar que esto no dura siempre. Volveremos a los abriles malos», señala Diego Salazar, que es socio de los abriles 80 en Ciudad Vergel, cuando el equipo aún se llamaba Caja de Ronda.

Con José Antonio de la Vega canta emocionado por abriles vestidos verde. «Hemos trillado obtener, descabalgar, subir y ahora esto hay que disfrutarlo. A este año solo le pido divertirnos como el pasado», añade De la Vega. Y han comenzado haciéndolo. Unicaja ayer celebró en Málaga dos títulos ayer de comenzar la temporada: la Copa Intercontinental y la Supercopa de la ACB.

A la Casto de la Conquista casi que no se le marchitan las flores entre un trofeo y otro. Primero una Copa de Rey, luego una Básquet Champions League y ahora, ayer de asomar la temporada otros dos títulos. Con ese sabor a miel, cientos de aficionados se han cubo cita en las escalinatas del Santuario de la Conquista. A la salida del equipo de la ofrenda estalló la emoción. ‘Tu bandera’. El himno del club ‘cajista’ sonó a pleno pulmón, ayer de que los jugadores, uno por uno, sellaran el compromiso más deseado: contender hasta el postrero aliento para retornar a celebrar.

No hubo carrusel por las calles de Málaga, solo una quedada en el Santuario a las 19.00 horas para que los aficionados, que tienen al club como una religión pagana, vieran a sus ídolo, cantaran, corearan y disfrutaran de un nuevo éxito. Dos en esta ocasión. La apego siente esta nueva época dorada del ‘cajismo’. Han vuelto los trofeos. «A veces en una semana se hace más que en diez abriles», aseguró el presidente López Nieto.


Perry acerca uno de los trofeos a la apego


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Ya no son memorias de la Copa Kórac en 2001, de aquella Copa del Rey de 2005 o aquella ACB de ensueño de 2006. La sequía solo tuvo la alegría de la Eurocup de 2017 hasta el presente. Ahora la apego cree ciegamente. Unicaja se presenta como un pretendiente a grandes triunfos. Un rival incómodo para los grandes. Acaba de derrotar al Efectivo Madrid en una final de la Supercopa, donde parecía que nadie podía con los blancos. El año pasado ya tomó el Palau y se quedó a un paso de la final de la ACB al caer contra UCAM Murcia.

Lucha y brilla a partes iguales con el objetivo de hacer oportuno a Málaga. «Nuestro longevo triunfo estar aquí y advertir vuestro apoyo en el Carpena», aseguró el preparador, Ibon Navarro. Este año es el de la ilusión. El de retornar a revivir aquellos laureles de Berni y Cabezas, a soñar con que Ibon Navarro pueda dejar un enviado como el de Sergio Scariolo. Así a las mismas puertas de la Ligazón Endesa, que arranca este sábado en el Martín Carpena a las 18.00 horas contra el Básquet Girona, todos creen en el plan de Ibon para seguir siendo felices vestidos de verde.

Y ahí, hay una máxima: trabajo. De hecho, conveniente al apretado calendario el club ha querido acortar el itinerario de las celebraciones. Por eso ha citado a instituciones y apego en el Santuario. Lo primero es la concentración y la preparación. Allí será una celebración en la calle, ayer de que el Carpena vuelva a ser una olla a presión. La celebración continuará ayer del partido del sábado.

 

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