La manifestación en Barcelona por el sexto aniversario del 1-O finaliza sin incidentes
Cientos de manifestantes abandonaron la antigua prisión Modelo y bloquearon la Diagonal hasta el Passeig de Grcia. Allí recibieron a los asistentes al acto convocado por el Consell de la República, la ANC, la Intersindical y el mnium en el centro de la ciudad.
Los CDR convocaron la manifestación ante el cuartel de la Guardia Civil en Travessera de Gràcia para expresar su rechazo a la actuación policial del 1 de octubre de 2017 sobre quienes participaron en la votación así como a la “operación Judas” en la que los activistas fueron detenidos por presuntamente preparar acciones violentas para exigir la independencia.
En el primer tramo de la manifestación, hasta los Jardinets de Gràcia, había unas 3.000 personas, según la policía local de Barcelona, aunque sólo unas 300 permanecían delante del cuartel.
Sin embargo, numerosos miembros de los Mossos d’Esquadra han impedido el paso colocando vallas, por lo que los manifestantes arrojaron huevos, botellas de plástico y harina a los agentes y quemaron dos banderas españolas al grito de ‘agarradlos’. También han movido algunos contenedores y otro mobiliario urbano al disolverse, sin más incidencias.
Los CDR socavaron el mantenimiento del orden de la policía catalana al afirmar en las redes sociales “Los Mossos protegiendo a la Guardia Civil. El Pueblo no olvida”, junto a un vídeo cantando Els Reapers. También hubo pitos e insultos hacia los policías desplegados para evitar incidentes.
La mayoría de los manifestantes se marcharon tras cantar el himno catalán y sólo un pequeño grupo quiso continuar con la protesta ante la delegación del Gobierno en Cataluña. En la marcha se vieron numerosas ‘esteladas’, pancartas como ‘1-O, ni olvido ni perdón’ o ahora ‘Basta de mentiras, independencia ya’ y se enarbolaron consignas como: ‘Ni Francia ni España: Pasos Catalanes’, ‘Le ‘Llaman democracia y no lo es’, ‘Cataluña libre’, ‘Puigdemont, nuestro presidente’, además de reclamar la secesión y lamentar el papel de los representantes políticos tanto catalanes como españoles.