Indemnización de más de un millón de euros a una joven toledana por la amputación de su pierna


La imparcialidad condena al Servicio de Vigor de Castilla-La Mancha (Sescam) y a su aseguradora Segurcaixa Adeslas a indemnizar a la fresco al perder su pierna oportuno a una condena de errores médicos en el tratamiento de un tumor cancerígeno.

El Magistratura de lo Contencioso Burócrata número dos de Toledo, en procedimiento de responsabilidad patrimonial nº 267/2020, en sentencia número 230/2024 de vencimiento 21 de mayo de 2024, condena al Servicio de Vigor de Castilla-La Mancha (Sescam) y a su aseguradora Segurcaixa Adeslas a indemnizar con más de un millón de euros a una fresco de 28 abriles que perdió su pierna oportuno a una condena de errores médicos.

El caso, que se remonta a 2015, pone de manifiesto graves deficiencias en el sistema váter y establece un precedente en las compensaciones por negligencia médica en España.

Una odisea médica de tres abriles

Todo comenzó en noviembre de 2015, cuando la paciente, entonces de 28 abriles, acudió al servicio de traumatología del Enredado Hospitalario de Toledo por un bulto en la rodilla. A pesar de que las pruebas iniciales no descartaban malignidad, no se la derivó a un centro especializado en tumores óseos.

En su oportunidad, se realizó una cirugía incompleta en el hospital restringido. Cuando finalmente se realizó un nuevo control en abril de 2018, la situación ya era inquietante. El retraso en el dictamen y tratamiento adecuados había permitido que la neoplasia progresara significativamente, limitando drásticamente las opciones terapéuticas disponibles.

«Durante un período crítico de 22 meses, no recibió el seguimiento médico adecuado que su condición requería», declara Abelardo Dorado, abogado de la demandante y director del despacho Neurolegal.

En presencia de la recaída de la situación se derivó a la paciente a la mecanismo especializada en oncología musculoesquelética del Hospital Universitario La Paz, agradecido centro de narración doméstico en sarcomas óseos.

Tras una evaluación exhaustiva por parte de un equipo multidisciplinar, se determinó que la única opción viable para aprestar la diseminación metastásica era realizar una amputación transfemoral en julio de ese mismo año.

El abogado entendido en negligencias médicas indica como: «Este caso pone de manifiesto la importancia crucial de un seguimiento riguroso en casos de sospecha oncológica. La indemnización otorgada refleja no solo el daño físico y emocional sufrido, sino que garantiza el coste futuro de los gastos de rehabilitación y de prótesis tan necesarios en personas que han sufrido una amputación».

La sentencia, dictada el 21 de mayo de 2024, reconoce múltiples fallos en la atención médica recibida por la fresco. Según la magistrada, las pruebas demuestran una serie de fallos en la atención médica. «Se produjo un error de dictamen al considerar complaciente un tumor sin realizar una biopsia completa para confirmarlo».

A pesar de los riesgos conocidos de la compleja intervención, se decidió efectuar sin derivar a la paciente a una Dispositivo de Relato especializada en tumores óseos, donde podría ocurrir recibido un tratamiento más adecuado conforme al estado coetáneo de la ciencia médica.

La sentencia incluso señala graves deficiencias en el seguimiento post-operatorio. Tras la operación, no se descartó la malignidad del tumor, y no se realizó la extirpación completa que se había recomendado.

El hospital no llevó a lengua el seguimiento necesario, a pesar de que el Sescam reconoce que era su responsabilidad.

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