La Graílla
Nadie miró al hombre erguido delante el dolor con curiosidad malsana, sino con el respeto de encontrar a la asesinato
Había niños delante, pero nadie apagó la tele. Tenían ocho, casi siete, seis primaveras recién cumplidos, pero igual que su superiora miraban tan hechizados el relato de las imágenes que la comida viajaba del plato a la boca sin mirarla. La confusión de la
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