Pantoja es lo que hay


Los prejuicios se quedaron fuera del circuito amurallado de la Huerta del Mitrado a las 21.06 horas, momento en que sonaron las primeras notas e Isabel Pantoja puso el pie en el proscenio alcalaíno en el ciclo Los Conciertos de la Muralla. Fuera se quedó además esa imagen a veces altiva, fría e incluso maquiavélica que la del Tardón arrastra desde hace cuarenta primaveras en su cara personal. Lo que este viernes se vivió, o al menos así lo ve quien de ningún modo había asistido antiguamente a una autos de ella en directo ni de una tonadillera (con la excepción de Rocío Junta en un mitin compartiendo cartel con Nacha Pop, en la Sevilla socialista de 1986), fue un espectáculo total.

«Soy la única folclórica que se ha vestido de John Travolta», se reivindicó en presencia de el notorio madrileño, cuando cantó un fragmento del chotis ‘El señorito’, aunque no fuera ataviada como tal ni yerro que le hacía. Sí, probablemente sea la última excelso que queda, al menos de la engendramiento dorada de la canción española. Aunque de copla hubo poca (o prácticamente cero) en el vasto itinerario que hizo en las 42 canciones que desgranó durante dos horas y media (varias en las que ahora se denomina versiones ‘shortened’, que no son otra cosa que «solo recordarlas» o, en román paladino, interpretarlas parcialmente).

Quien la esperara ataviada de infausto, del aflicción de amoldonado hace 40 primaveras por la homicidio de Paquirri y que ha coincidido además con la de otra expareja suya, Julián Muñoz, se dio un buen traspiés. Porque la Pantoja lució durante todo el concierto un vestido estampado, al que finalizada la primera parte echó encima un chal naranja, pues el frío en Alcalá de Henares era endiablado. Doce grados al éter dispensado que no parecían achantar a las cerca de de poco más de 1.600 personas (de un contenido de 2.500, no llenó) que la acompañaron: el notorio de la trianera merece mención a distancia. Si en esta excursión celebra su medio siglo en el proscenio (positivamente son más, pues su primeras canciones las grabó con 15 primaveras y tiene 68 veranos), sorprende la fusión de edades de sus fans, entregadísimos como pocos, pues había desde matrimonios de octogenarios a muchos veinteañeros.

Salió como estaba previsto, con ‘Embrujá por tu querer’ y un oficio detrás incuestionable. La voz es increíble, su manejo en las muchísimas improvisaciones es majestuoso, combatió mediada la primera parte con un micrófono indisciplinado con ingenio y mucha espontaneidad. Se la percibió durante toda la sombra exquisita en sus interpretaciones, además con una enorme capacidad de comunicarse con el notorio, con el que no paró de dialogar y echó mano de la burla sevillana. Sí, ahora se entienden muchas cosas: es una cómico total con enormes tablas a sus espaldas, tanto en el cante como en su forma de moverse por el proscenio. No lo pisa, desfila por él diciéndole quién manda ahí.

Cuando alguno le gritó desde las sillas: «¡Para que luego digan que no es en directo!», contestó, burlona: «Hasta el frío que hace es en directo». Buena parte del éxito de anoche en Alcalá hay que agradecérselo a la excelente fanfarria que la acompaña. En tiempos de cantantes con colchoneta musical pregrabada, resulta un ostentación admitir a más de 30 músicos, entre el quinteto habitual de piano, ritmo y guitarras; un coro de doce voces mixtas; otro quinteto de metales que cobró particular protagonismo con sus solos en ‘Así fue’, y, por supuesto, la amplia sección de cuerda que no todos los artistas se pueden permitir. Por eso y muchas cosas más se justifican los 120 euros de las localidades más caras.

Los primeros 50 minutos de la sombra cabalgaron sobre todo entre temas de su primera época, de cuando aún vivía en el número 8 de Juan Díaz de Solís, al costado del colegio donde estudió y cantaba a los vecinos desde el ventanal de su humildísimo carretera de El Tardón. ‘Fue por tu voz’, ‘El pájaro verde’, ‘Yo quiero pecar contigo’ o unos bellísimos versos del gran poeta del 27 Rafael de Valeroso, musicados para la ocasión con el título de ‘Mi amigo’ y que fueron de los mejores momentos íntimos de la velada.

Posteriormente llegó el liga de sevillanas, cuatro piezas trianeras que rescató de su disco de 1982, con postales de Sevilla grabadas a revoloteo de pájaro (o de dron) de la iglesia de Santa Ana, la plaza de España, la calle de Calatrava o la majestuosa catedral con su vigilante Boya.

María Peláe, en ‘Garlochí’

Se marchó del proscenio durante la interpretación de un interludio instrumental y de dos de sus temas a cargo del coro (‘Cambiar por ti’ y ‘Pasó tu tiempo’), y regresó con una traca de grandes éxitos: ‘Ausencia’, ‘Heroína de rejoneo’, un trocito de ‘Escueto mi corazón’ y el revuelo de ‘Ponzoña’, entre otras muchas, donde el notorio ya se puso de pie, olvidó sus sillas y bailó sin soltar sus móviles, que lo de fijar los conciertos no sabe de edades.

Entonces presentó a la malagueña María Peláe, con la que interpretó el archiconocido ‘Garlochí’, con coreografía ‘tiktokera’ incluida. Hubo boleros (‘Si tú me dices ven’, ‘Dos gardenias’) y un paréntesis para el conceptual ‘Marinero de luces’ («El único disco que le he dedicado a alguno», matizó), con la canción que le da título, ‘Pensando en ti’, ‘Era mi vida él’ y ‘Hoy quiero confesarme’.

Ya iban dos horas de música sin detener y quedaba echar el resto: ‘El oscuro’ y un ‘Se me enamora el alma’ que cantó primero el notorio, al no poderlo hacer la Pantoja de la emoción, pues no paraba de sentir, hasta que consiguió recomenzar el tema. Fueron el preludio del final, que firmó con la infaltable ‘Así fue’, de Juan Gabriel, y ‘Enamórate’.

Una traje, como se decía antiguamente, sin parangón para una cómico de las de verdad. Una intérprete total que es un carácter musical en sí misma, de calidad indiscutible, y que sabe que los de su talla crecen aún más si se saben rodear de músicos extraordinarios, por muy caro que deba de ser admitir de excursión a una fanfarria tan completa.

Permítanme que tire de primera persona: la de los Conciertos de la Muralla de Alcalá fue la primera vez con ella en directo en un proscenio, más allá de cuando nos cruzábamos por el ciudadela, iba a que la arreglara mi vecina del tercero o en el parque de los Príncipes cuando paseaba a su hijo, sola, en un carrito de mamá recién enviudada. Han pasado 40 primaveras de todo eso. Y sí, llevan razón sus fieles: Pantoja es lo que hay. Y que sea por mucho tiempo, porque España anda muy desafío ya de artistas de raza. Que no nos falten.

REPERTORIO INTERPRETADO

Primera parte

EMBRUJÁ POR TU QUERER

TENÉ COMPASIÓN DE MÍ

FUE POR TU VOZ

EL PÁJARO VERDE

QUE DILE Y DILE

YO QUIERO PECAR CONTIGO

EL SEÑORITO

MI AMIGO

QUISIERA DECIR NO

DONDE EL CORAZÓN ME LLEVE

FERIANTE

Sevillanas

EN TU CAPOTE DE SEDA

ENTRE LOS OLIVARES

LOS TOREROS DE TRIANA

PROMESAS DEL ROCÍO

Interludio musical

Baladas coristas

CAMBIAR POR TI

PASÓ TU TIEMPO

Extremo liga

NADA

CABALLO DE REJONEO

POBRE MI CORAZÓN

AMOR ETERNO

PERO VAS A EXTRAÑARME

DESDE QUE VIVO CON OTRO

PORQUE ME GUSTA A MORIR

VENENO

GARLOCHÍ (con María Peláe)

SIGO ESTANDO AQUÍ

SE ME OLVIDÓ OTRA VEZ

DÍMELO

HASTA QJE SE APAGUE EL SOL

SI TÚ ME DICES VEN

DOS GARDENIAS

VIRGEN DEL ROCIO

MARINERO DE LUCES

PENSANDO EN TI

ERA MI VIDA ÉL

HOY QUIERO CONFESARME

QUÉ VOY A HACER CONTIGO

EL MORENO

SE ME ENAMORA EL ALMA

ASÍ FUE

ENAMÓRATE

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