El Comunidad de Guadamur, que preside Tabernáculo Gutiérrez, ha consentido esta semana por unanimidad una moción institucional de apoyo a la iniciativa historiador Jorge Miranda y el abogado y exalcalde de Toledo Joaquín Sánchez Hermoso, que lideran desde hace tiempo una cruzada con el fin de actualizar los restos de los reyes godos Wamba y Recesvinto, ubicados en la catedral Toledo, para darles un entierro «digno», coincidente a su status existente, tras 180 abriles descansando en una de ”cajita’ de las capillas de la Catedral.
El viernes, la alcaldesa entregó a Sánchez Hermoso y Miranda una copia certificada de esta moción en la que se recuerda que «desde la decadencia se han venido inhumando los cuerpos de nuestros antecesores, con independencia de la civilización, la raza o la religión». Se manejo de dignificar a estos dos reyes visigodos que fallecieron en el siglo séptimo, hace 1.400 abriles.
En el texto se recuerda que se «es una reparación histórica genérico y de sus protagonistas en particular. Pretende reparar una inacción de mas de 90 gobiernos. Nadie hizo caso, ni monárquicos ni republicanos, de izquierdas o de derechas, desde Isabel II, hasta Felipe VI, pasando por dictaduras o repúblicas. Todo ello supone 180 abriles de desidia alrededor de Toledo como Urbs, Regia de Hispania desde que en 1845 se decidiera la desenterramiento de los restos reales de Recesvinto y Wamba, cuyo regalo histórico material e inmaterial pasa indudablemente por Toledo y Guarrazar, lo que nos mueve a participar activamente de esta iniciativa».
«Por todo ello, y con el propósito de instar a los titulares del depósito de los restos reales, conservados en una modesta joyero para que se proceda a la inhumación, con la dignidad y honor que merecen», concluye la moción aprobada en este pueblo, situado a pocos kilómetros de Toledo, y uno de los más especiales de la provincia gracias al vena visigodo de Guarrazar, el veterano hacienda medieval que se ha descubierto hasta ahora en Europa con un gran número de objetos de oro y piedras preciosas de época visigoda, entre ellas la corona de Recesvinto.