Cien días de soledad para Sanmartín en Compostela


El nacionalista Goretti Sanmartín obtuvo en mayo el bastón de mando de la capital gallega y, desde entonces, Ha faltado el “decoro político” de “respetar” sus primeros cien días de gobierno, afirmó en el último balance. Una regla no escrita en la que, al parecer, confiaba protegería su mandato de un posible tipo de ataque doble a manos de las fuerzas opuestas. No ha ocurrido, pero no habría sido necesario en el escenario compostelano, en el que gobiernan 8 concejales frente a los 17 que integran los grupos de la oposición. ¿Qué pasa, según la opinión del alcalde, es que PP y PSOE llevan cuatro meses generando “un intenso ruido mediático” a su alrededor, “creando polémicas absolutamente estériles, artificiales” ante las que ya considera que “conviene no desperdiciar esfuerzos”. A los ojos de la oposición, sin embargo, es Sanmartín quien ha gobernado, de manera sistemática, hasta ahora, sin preocuparse por buscar consensos con el resto de la Corporación. Seguramente, la carga más obvia para el gobierno de Sanmartín es –más allá de su escasez numérica– la falta de apoyo que ha encontrado hasta ahora; especialmente por el PSOE, del que depende en mayor medida porque es ‘la otra izquierda’ en la Corporación, y que, en su momento, abandonó para dejar gobernar a la formación nacionalista en coalición con Compostela Aberta. Si el PP se opone en una votación, A los socialistas les basta con abstenerse para que no avance. Así ha sido desde el primer día y, después de cien, el gobierno del BNG sigue atado de pies y manos.

Pero, como se anticipó, esto no quiere decir que la concejala haya dado el brazo a torcer en busca de un apoyo; aunque, de hecho, al final esperaba ganar al menos el apoyo de los socialistas, cuando llegara el momento. Si algo ha quedado claro en estos cuatro meses es que El gobierno de Sanmartín responde con intransigencia ante una dicotomía; desde la programación de un acto público propio en el Día del Apóstol, el Alba de Compostela; además de su ausencia en la Ofrenda y el Voto de San Roque; hasta la visita que la líder de su partido, Ana Pontón, realizó este mes al Pazo de Raxoi y que la concejala presentó como “institucional”, pese a no ser la líder nacionalista en representación de ninguna entidad. En todos los casos, el desacuerdo que haya podido mostrar la oposición ha influido poco en las decisiones.

Hace unos días, el portavoz local del PSOE, Gonzalo Muíños, afirmó que la alcaldesa “pretende aplicar una política autoritaria de orden y mando”, pero “obviamente ignorando que está en minoría absoluta”. A modo de ejemplo, desde su formación coinciden en la intención que motivó el homenaje que el Consistorio preparó a Ánxel Casal “o que las personas homenajeadas en el acto de Alba de Compostela fueran merecedoras de un reconocimiento”. Lo que “no” comparten, explicó, «es que los gestos siempre van dirigidos en una dirección y el desprecio en otra (…), sin buscar el consenso que siempre ha existido a la hora de homenajear a colectivos y personalidades de nuestra ciudad. No es aceptable que el alcalde introduzca a la ciudadanía en el acto institucional más importante de nuestra ciudad y con mayor proyección: la Ofrenda al Apóstol. Tampoco desprecia la tradición del Voto de San Roque”, criticó el portavoz, perdiéndose una conversación entre los grupos. Porque, para los socialistas, “ambas cuestiones son compatibles”: el deseo de emprender nuevas iniciativas y la “aspiración” como alcalde de Sanmartín, quien “Debería representar a toda la ciudad y no sólo a un sector”.

Muíños también dijo que su formación facilitó la investidura de la concejala al entender que “era una época de gobierno” de izquierdas, pero advirtió que los socialistas “están empezando a olvidar por qué la hicieron alcaldesa”. El enfrentamiento más reciente entre ambos grupos está provocado por el destino del Casa de la Xuventud, un edificio que el BNG quiere derribar -al igual que el PP, aunque con un proyecto diferente-, mientras el PSOE defiende su rehabilitación. Incluso CA, desde dentro del propio gobierno, está a favor de restaurar el edificio, posición que ha mantenido desde antes de que se formara su alianza. aunque el bipartito insiste en que esta disonancia no afecta a su trabajo ni a la “armonía” entre ambos. En cualquier caso, el PSOE señala que la alcaldesa hizo caso omiso de ambas al renunciar al convenio por un millón de euros para dotar de nuevos usos a estas instalaciones; el mismo que había cultivado el anterior gobierno del socialista Xosé Sánchez Bugallo con la Diputación Provincial.

El PSOE ya ha anunciado que no apoyará los próximos presupuestos municipales si llegan a recaudar una dotación para acometer el derribo y, si los populares también se niegan, todo apunta a una situación de bloqueo. “El alcalde ignora la dependencia de otras fuerzas”, remarcó Muíños, quien desde hace meses insiste en No le des a tu gobierno un “cheque en blanco”. Los socialistas encuentran, en el de Sanmartín, un mandato “que presume de soberbia y abusa del secretismo (…), sin diálogo con la oposición ni con el socio de Gobierno porque, realmente, el único órgano consultivo de la señora Sanmartín es la Asamblea del BNG: ni CA , ni oposición, ni pleno.

En medio de esta tensión, los ojos ahora se posan en la reunión que el concejal mantendrá con el presidente de la Xunta este lunes, una oportunidad en la que ambos podrán debatir extensamente algunos temas de más largo plazo. Tal y como han adelantado ambos, todo apunta a que una de las conversaciones girará en torno a la propuesta de tasa turística que Sanmartín envió a Rueda este verano, y hay esperanzas en que la propuesta salga adelante, aunque el presidente ya anunció que no acudiría. para reunirse con una decisión tomada.

Otro tema que también será objeto de disección en su diálogo será la petición que esta última semana el Ayuntamiento compostelano ha trasladado a la Xunta requiriendo la suma de 6,8 millones de euros en gastos de tenencia del capital. Cerca de “cuatro veces” los 2,4 millones, destacó Rueda al conocer que lleva años percibiéndolos y “el doble” de la cantidad que defendía Sánchez Bugallo. De momento, el portavoz de los partidos populares locales, Borja Verea, ya ha tachado de “desleal” al actual Gobierno por el informe “privado, no validado por la Universidad de Santiago de Compostela (USC)” que ha solicitado Sanmartín, afirmó . , para poder “pedir 8 millones” a la Xunta y “esperar que todo el mundo aplauda”. En cualquier caso, este lunes será un día para que la alcaldesa compostelana estrene una muestra de dotes diplomáticas que, le acusa la oposición, hasta ahora han brillado por su ausencia.

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