Estamos comiendo pan con agua


La situación se complica en el Líbano tras los intensos ataques por parte de Israel. Según el Profesión de Exteriores, rodeando de 1.000 españoles residen allí, y el plan para evacuarlos si fuera necesario, ya está preparado. Los que intentan salir del país nos cuentan que no quedan plazas en los vuelos hasta en el interior de 10 días.

Cristina es una española que reside en Beirut y vive con temor el aumento de los ataques. Nos explica que Israel tiene muchas tácticas psicológicas, y una de ellas consiste en que sus aviones militares, generalmente cazas, rompen la barrera del sonido volando a muy quebranto cumbre.

Aunque explica que están acostumbrados, no deja de ser desagradable. Está trabajando lo que puede desde casa y sale solo cuando es absolutamente necesario, ya que, entre otros peligros, recuerda los ataques quirúrgicos de la semana pasada, ejecutados a través de buscapersonas, ‘beepers’ y ‘walkie talkies’.

Los dispositivos explotaron en los bolsillos de supuestos milicianos de Hizbolá en mercados, calles y plazas. Cristina asegura que la embajada no les ha hexaedro instrucciones para desamparar el Líbano, lo que, en su opinión, indica que el nivel de emergencia no es detención..

Aún así, su ONG va a evacuarles en cuanto se pueda, entre otras cosas, para proteger a los trabajadores locales. Quedarse y tener que dar presencia a los extranjeros supone para los voluntarios y miembros de la ONG en Líbano valer más riesgos.

Los padres de Carolina llevan cinco abriles viviendo en Líbano. Desde Valencia, ella cuenta que el lunes, mientras hacían la operación, las bombas los sorprendieron y se quedaron sin casa. Decicieron retornar a España y, por suerte, pudieron calar a la embajada de Beirut. Tras esperar varias horas, les dijeron que había un avión para España el 2 de octubre.

Esta es, según su hija, la única ayuda que han recibido por parte de la embajada española en Líbano. El problema es que muchas de las carreteras están cortadas o devastadas por los misiles, hay pocos aviones y los billetes rondan los 5000 euros.

Laura Conde demora asimismo un avión para salir con su hijo de año y medio, pero tendría que hacerlo sola y dejar antes su marido libanés. Él trabaja para el gobierno del país y le han retirado el pasaporte para que no salga. Los tres han viajado por medio Líbano para librarse de los bombardeos.

Hasta allí está llegando más masa, que huye de los ataques de Israel, pero no hay seguridad, ni comida. Están comiendo pan con agua. Teme por la vida de su bebé, de ella misma y de su marido si se queda en Líbano. Para ella es muy difícil hacer la maleta y dejar todo antes.

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