Galicia Sur prueba sistemas contra los dolores oncológicos



Más de la parte de los pacientes con cáncer desarrollan dolor antaño de expirar. El 80% puede tratarse con fármacos, pero el 20% muestra una respuesta herido o tienen artículos adversos graves. Hay alternativas como las técnicas quirúrgicas, que tienen su aventura y una poder no siempre probada, pero se necesitan nuevas herramientas que combatan el dolor y rebajen la dependencia a los fármacos en un 50%. Esta es la situación que quiere resolver el esquema Painless, en el que participa el Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur con la billete de oncólogas, profesionales de la Dispositivo del Dolor y la investigadora Margarita Álvarez. Es un esquema europeo que coordina la Universidad de Santiago a través de la investigadora María Teresa Carrillo y en el que participan 17 socios de 10 países de la Unión Europea. En Galicia se sumaron Vigo y Santiago. Uno de los socios es la firma alemana NeuroCoon, creadora de un dispositivo de excitación eléctrica transcraneal de herido intensidad para uso domiciliario cuya poder se quiere probar en este estudio.

Actualmente, existen aparatos de electroestimulación de uso hospitalario para pacientes con depresión longevo y dolor crónico contrario. El trasto del esquema cerca de en un maletín (un neuroestimulador, un capucha con dos electrodos y un cargador) y el paciente se lo lleva a casa dos semanas para hacer sesiones de 20 minutos diarios.

El esquema se compone de tres estudios y en todos ellos es necesario enganchar pacientes. Vigo fue el primer hospital en cubrir sus objetivos en la primera etapa, con la billete de más de 50 pacientes del ámbito sanitaria recién diagnosticados. Se trataba de estudiar marcadores para poder predecir con técnicas no invasivas qué pacientes tendrán dolor en el futuro. Se hicieron tres evaluaciones a los participantes en el plazo de un año. En el segundo estudio, hecho sobre pacientes que ya tenían dolor crónico oncológico y otros que no tenían dolor para comprobar la especificidad y la sensibilidad de estos marcadores. Se trataba de conocer mejor los mecanismos cerebrales del dolor. Ahora están con la tercera etapa, en la que empezarán a enganchar pacientes para evaluarlos y probar el tratamiento de neuroestimulación. En este caso necesitan 45 pacientes oncológicos estables, con un dolor igual o longevo de 5 en una escalera de 0 a 10 y que persista más de un mes.

Los investigadores destacan que el tamaño de la muestra es “estadísticamente significativa”, con lo que se podrán extraer conclusiones robustas.

Hay incluso otros objetivos, como evaluar el coste financiero de implantar esta técnica en los sistemas públicos de vigor y, por otro costado, estudiar el impacto de la enfermedad en familiares y cuidadores y cómo este nuevo tratamiento puede aliviar su carga y su calidad de vida. Aunque el esquema se centra en el dolor oncológico, los profesionales confían en que en el futuro se pueda usar la neuroestimulación en otro tipo de pacientes con dolor.

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