Nuevos nombres y viejos retos en el arte cordobés contemporáneo


Desde este fin de semana y hasta el 9 de marzo se puede pasar revista en el C3A de la Asociación de Andalucía la exposición ‘De ida y envés’, la primera muestra individual en este espacio del dúo primoroso que forman la cordobesa Alegría Castillo y el gaditano José Antonio Sánchez Piñero, conocidos en el mundo del arte como Alegría y Piñero. La propuesta expositiva se enmarca en la osadía de la nueva directora del centro, Jimena Blázquez, de sospechar por los nuevos creadores andaluces, aunque todavía supone la consagración definitiva en su propia tierra de Alegría Castillo, que nació en Córdoba en 1985.

Ella es una de las más conocidas representantes de las nuevas generaciones del arte cordobés, un género de creadores menores de 40 abriles que han conseguido desahogarse camino a pesar de las difíciles circunstancias que desde la gran recesión de 2007 viven las artes plásticas en la ciudad, pues fue en ese contexto cuando el coleccionismo se redujo de forma drástica propiciando de forma escalonada el clausura de todas las galerías de arte que habían animado la vida cultural.

Estas nuevas hornadas de creadores —nacidas desde mediados de los abriles 80 hasta finales de los 90— se caracterizan en lo estético por la variedad de propuestas, producto de la amplitud de opciones que permite el arte contemporáneo.

En cuanto a lo biográfico, es peculiaridad generacional la amplia formación reglada en el campo de las artes o el diseño y todavía la movilidad, obligada en un campo en que es obligado salir fuera de Córdoba tanto para formarse en Bellas Artes como para ampliar miras, penetrar a las grandes galerías y ferias y conectar así con el mercado.

Quizá lo más sorprendente es que, pese a esa cariño del sector privado en una ciudad que hoy carece de una exposición profesional con presencia en grandes citas nacionales, todos los artistas sí coinciden en mostrarse agradecidos con el respaldo que les han donado en la ciudad de Córdoba las instituciones a través de espacios y organismos como pueden ser la Casa de la Nubilidad o la sala Vimcorsa del Concejo, la Fundación Botí de Artes Plásticas de la Diputación o el C3A, el Teatro Cómico de la Asociación de Andalucía o la Fundación Antonio Vestimenta. Es opinar, que para ellos exponer en Córdoba ha resultado accesible, pero ganar a las galerías que puedan mover su obra poco mucho más complicado.


Fran Baena en una de sus intervenciones.


torrevieja news today

Uno de los nombres con anciano proyección del arte cordobés es el de la ya mencionada Alegría Castillo, que ayer estrenaba «con excitación» su primera exposición en el C3A conexo a su compañero. Según explicaba a torrevieja news today, «es una gran oportunidad de mostrar nuestra obra en un espacio institucional tan trascendente y con lo medios que te proporciona».

«La verdad es que siendo cordobesa hasta hace no mucho veía el C3A como poco muy separado», explica. Castillo sostiene que Córdoba, al no tener Prerrogativa de Bellas Artes, «carece de un contexto tan cachas como el que pueden tener Sevilla o Bomba». «No hay tejido de salas —explica— pero los espacios institucionales siempre nos han donado su apoyo y nos hemos sentido acogidos».

En Córdoba, ayer de esta muestra, se han podido ver piezas de Alegría y Piñero en la Fundación Botí o en el Espacio Iniciarte. Fuera, han expuesto ya de forma individual en ciudades como Valeroso, Huelva, Cádiz, Santander o Málaga. Adicionalmente, mantienen un software extenso en el municipio sevillano de La Puebla de Cazalla, donde han impulsado un género bajo el nombre de Ojo Pértico.


La pintora Laura Vinós en su estudio


torrevieja news today

La creación de grupos y alianzas es una característica que se mantiene en el mundo del arte desde hace décadas y que en Córdoba ha permitido conocer a nuevos creadores. Un ejemplo claro en ese sentido es Algazara, un colectivo con un trasfondo muy andaluz y cuyas obras se han podido ver en los últimos abriles en espacios como el Cómico o la Diputación. Nombres destacados de ese entorno son por ejemplo Clara Gómez Campos, nacida en 1990 y muy ligada a la comarca del Suspensión Guadiato, o Sota Pérez, nacido en 1986.

Gómez Campos, cuya obra reflexiona sobre el papel de la mujer en el arte y sobre los conceptos culturales en la creación de la identidad colectiva, cuenta ahora mismo con una exposición itinerante en la Fundación Botí, mientras Sota Pérez —nacido en Huelva pero formado y establecido en Córdoba— ha disfrutado de una residencia artística en el C3A y, como muralista, ha dejado sus características creaciones abstractas en la pista de baloncesto de los Jardines Orive y ahora en la Peña Flamenca El Sirope. Tanto Gómez Campos como Sota Pérez reconocen que han tenido apoyo en la ciudad. «La Fundación Botí me ha apoyado siempre en todo», explica Gómez Campos, mientras que Pérez destaca el respaldo que ha supuesto la cultivo de la Casa de la Nubilidad.


Sota Pérez en una de sus obras en un tapia


torrevieja news today

Otra institución que ha jugado un papel fundamental en la aparición de nuevos talentos del arte cordobés ha sido la Fundación Antonio Vestimenta para Jóvenes Creadores. Durante dos décadas no ha cesado de ganar al convento del Corpus Christi artistas que luego se han ido consagrando.

Muchos de ellos creadores de fuera de Córdoba que de un modo u otro han mantenido los lazos con la ciudad, pero todavía nacidos en Córdoba como Rafael Jiménez (1989), Virginia Bersabé (1990), Laura Vinós (1998) o el prieguense Fran Baena (1999) entre otros.

El primero de ellos ha ejercido seguidamente como tutor de la propia Fundación y con su obra, muy personal y en la que indaga a través de la decodificación en la verdad y el paso del tiempo, ha conseguido exponer por ejemplo en la Pasadizo Modus Operandi de Madrid. Virgina Bersabé es por su parte un nombre de remisión en la figuración española más nuevo y su obra se ha podido ver en espacios como la exposición PDP de París o el Museo Europeo de Arte Contemporáneo (MEAM) de Barcelona.


La cómico cordobesa Clara Gómez Campos en una de sus exposiciones


ABc

La obra de Virginia reflexiona sobre las transformaciones del cuerpo mujeril y la memoria y tiene una magnífica crencha de trabajo en el muralismo, con sugerentes intervenciones en numerosas ciudades de España o en cortijos abandonados.

Los más jóvenes de este compendio de nuevos nombres tan pronto como superan los 20años, pero ya han conseguido poco tan complicado como que una gran exposición doméstico se interese por su trabajo. Este es el caso tanto de Laura Vinós como de Fran Baena, que trabajan los dos con la prestigiosa exposición Yusto/Giner, con sede en la haber española y todavía en Marbella. Vinós, vinculada al extrarradio de Trassierra, es una pintora con una obra muy sugerente, en la que se aleja de lo fiel para establecer asociaciones con instrumentos de la civilización popular.

Fran Baena, que actualmente expone en La Coracha del Concejo de Málaga, es autor por su parte de una obra cargada de ironía sobre la vida contemporánea, con lo que tiene todavía siempre de melancolía. Según explica, proceder en la Fundación Vestimenta «fue un boato».


La pintora Virginia Bersabé en una de sus propuestas en edificios abandonados


abc

Al igual que sus compañeros, siente que Córdoba lo ha tratado proporcionadamente con proyectos en los que ha participado como ‘Botí Franco’ o la exposición ‘En todo sitio, verdad y deseo’, que en 2022 comisarió Mario Guixeras en la Fundación Rafael Botí y que reunía obras de ocho artistas emergentes cordobeses. Adicionalmente de Vinós y Baena, comparecían allí la todavía chocha de la FAG Ana de Lara, Irene Anguita, Esther Ventura, Chema Rodríguez, Carlos Quiralte y Manuel García, todos ellos nacidos en Córdoba en los 80 y los 90.

Toda esta retribución de artistas, que es solo una representación de lo más visible hoy de esta hornada nacida entre 1985 y 2000, demuestra que el talento no descansa en Córdoba. Incluso evidencia que la ampliación de espacios expositivos que ha vivido en los últimos abriles la ciudad, y que han impulsado tanto las instituciones públicas como entidades privadas, ha permitido un anciano dinamismo y ha facilitado que los jóvenes creadores puedan darse a conocer y seguir avanzando.

Festivales Fundación Botí

Lo mismo ocurre con los festivales de la provincia impulsados desde el software Periféricos de la Fundación Botí, en los que se han implicado la gran mayoría de los artistas que aparecen nombrados en este reportaje.

La deuda irresoluto con esta coexistentes y en normal en las artes plásticas cordobesas es que se pueda restablecer la red comercial de galerías y compradores que existió durante varias décadas, vivió sus abriles dorados en el cambio de siglo y luego se derrumbó con la gran crisis económica de 2007. Por ahora no hay indicios de ello, pero la aparición de nuevos artistas siempre es un aliciente para que ese ‘prodigio’ pueda al fin ocurrir.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *