Cultiva marihuana en una vivienda propiedad de la Junta de Andalucía enganchada irregularmente a la red eléctrica


La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a tres abriles y nueve meses de prisión a una mujer acusada de sostener un cultivo de maría en una vivienda propiedad de la Unión de Andalucía, que se servía de un enganche irregular a la red eléctrica, donde por otra parte fue encontrada por otra parte con una cierta cantidad de cocaína.

El decreto, consultado por Europa Press y contra el que junto a expediente, impone a la acusada una multa de 7.000 euros en concepto de responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago, con 40 días de arresto sustitutorio, por un delito contra la sanidad pública. Todavía la condena por un delito de fraude de fluido eléctrico atenuado a suscripción de una multa diaria de seis euros durante tres meses.

La sentencia da por probado que sobre las 9.20 horas del 17 de noviembre de 2022, agentes de la Policía Franquista entraron en una vivienda situada en el barriada de Los Almendros, donde la acusada había «dispuesto todo lo necesario para el cultivo de sustancia droga».

En el interior de dicha vivienda fueron intervenidos un total de 225 plantas de cannabis que arrojaron un peso de cerca de 1,5 kilos, de forma que su traspaso en el mercado ilícito habría escaso un valencia de más de 2.800 euros.

Encima de la sustancia droga, durante el registro se halló material para ayudar el cultivo y manufacturar la sustancia, como 31 focos, tres extractores y 31 transformadores.

En el registro domiciliario igualmente se intervino a la acusada una bolsita que contenía poco más de 18,6 gramos de cocaína, con una pureza superior al 50%, cuyo precio en el mercado ilícito ronda los 1.220 euros.

El tribunal desechó la lectura defensiva de la acusada, quien si aceptablemente admitió la existencia de sustancias en la vivienda, aseguró que había alquilado la casa «a un muchacho» quien estuvo allí «dos meses y medio». Asimismo, argumentó que dejó todo donde estaba «por miedo» a que le hicieran poco y que guardó la cocaína en su bolsa sin conocer qué era positivamente luego de echar al supuesto inquilino.

«Su relato es absolutamente inverosímil», apunta el tribunal en sus fundamentos, en donde destaca la estructura y aparatología que se había desplegado por las distintas habitaciones para distribuir el cultivo en las distintas estancias así como lo poco probable de la existencia de un inquilino, del que mostró dudas acerca de su ciudadanía, y del que «no le dio miedo ir a echarlo» pero sí «tirar las sustancias estupefacientes que allí encontró».

A ello se une el certificación de los agentes que actuaron en el registro, quienes explicaron que vieron a la mujer salir a tender y retornar a entrar en la vivienda mientras que en la misma se encontraban en funcionamiento los aparatos de salero acondicionado que daban servicio a la plantación.

Para la realización de la actividad ilícita, la acusada se valía de una acometida fraudulenta a la red eléctrica con la que se estima que defraudó 2.962,05 euros, si aceptablemente esta cantidad fue dispuesta por la acusada ayer del prudencia, lo que se tuvo en cuenta para desgatar la condena.

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