El Hierro amanece de pena, con la pesadumbre de una desgracia que desde el sábado golpea las conciencias de toda una isla, que se vuelca con un drama migratorio que desborda todas sus capacidades. Con la sagacidad puesta en el mar, varias embarcaciones buscan a vivos y muertos, ya que mientras se comercio de demarcar los cuerpos de los más de 50 desaparecidos del fracaso del pasado sábado, se mantiene el destilación de cayucos.
Hoy martes, se ha celebrado un minuto de silencio frente a la sede principal del Cabildo, como muestra de condolencia y solidaridad con las víctimas del engendro migratorio en las aguas cercanas a esta isla, que ha cubo inicio a tres días de pena oficial.
El fracaso del pasado fin de semana se solapa con un día en el que se investigación a otro cayuco a la deriva en la misma zona en la que ocurrió esta tragedia, con un final menos agridulce por el momento al localizarla Rescate tras horas de angustia.
El presidente del Cabildo, Alpidio Armas, ha lamentado las vidas que se perdieron en el mar este sábado, un suceso «muy trágico» que «cuando lo ves cerca, a unos kilómetros de la costa, te toca de una forma mucho más profunda». Algunos se pudieron rescatar, «otros no y esto es un drama», ha lamentado.
Con los tres días de pena se investigación «rendir un homenaje a estos nueve, a los 53 que con toda seguridad han fallecido y en universal a todos los que antaño y en el futuro van a sucumbir en el mar», mientras la isla «comercio de manejar» una situación «profundamente triste» porque son personas que, por agenciárselas una vida mejor, «mueren en el mar».
«El Hierro convive con este engendro con dignidad, empatía, solidaridad y cariño con destino a la concurrencia que acoge en el mar», ha recordado, y «no es sencillo, compromete a la isla, y los herreños están dando al mundo una muestra de cariño, de liberalidad y solidaridad con este engendro poco global».
Por final, tal y como recordó el presidente herreño, «los posibles siempre son pocos, nosotros no tenemos competencias en materia de migración, pero tenemos conciencia social y nos cumple, independientemente de lo que digan las leyes y el reparto de responsabilidades, tener esa conciencia y ayudar en todo lo que podamos para que la estancia de estas personas en la isla sea lo más llevadera posible».