el juicio por las muertes por covid en una residencia de Alcoy destapa el horror


El primer querella por muertes de ancianos en una residencia durante la pandemia del covid ha destapado el horror que sospechaban y habían denunciado familiares de 18 de las 74 víctimas en Alcoy (Alicante). «Personas que se encontraron fallecidas en las habitaciones, personas que estaban en una misma habitación donde una persona había fallecido y la otra no», ha descrito el presidente de la Asociación de Familiares Afectados en las Residencias Domus Vi de Alcoi y Cocentaina, José Luis García.

Tras la segunda sesión por esta demanda civil, en la que se reclaman dos millones de euros de indemnización y, sobre todo, «entender lo que ocurrió», nuevos testimonios de personal del centro geriátrico han revelado más detalles de esta tragedia de 74 muertes en escasamente un mes, que se inició en marzo de 2020 con el comienzo de la pandemia y el confinamiento.

Como perjuicio principal, precisamente un aislamiento que desesperó a los allegados de aquellas víctimas. Ahora han sabido que el director de la Mecanismo de Hospitalización Domiciliaria (UHD) del hospital Virginal de los Lirios de Alcoy, Manuel Pérez, solicitó los números de teléfono de los familiares para informarles directamente de la situación de cada uno de los residentes, pero se lo negaron desde la dirección del centro, tal como ha manifiesto este médico, quien incluso vio directamente en las instalaciones a personas pidiendo agua o por el suelo, desatendidos por completo.

«Los auxiliares pedían a la dirección que se les ayudase a trasladar a alguna de las personas, la tardanza en trasladarlos, y personas que estaban pidiendo que les sacaran de allí», ha añadido García, acerca de la cruel convivencia de vivos y difuntos en un mismo espacio a pesar de las alertas de los propios empleados para resolverlo.

Estas circunstancias y otras han causado una honda impresión y «emoción» entre los parientes de las víctimas mortales, que lamentan una conducta tan «inhumana» al no permitirles ni comunicarse con sus mayores, por otra parte de confirmarse la carencia absoluta de medios para tener frenado la propagación del coronavirus, si ya resultaba difícil en aquel momento en cualquier espacio cerrado.

En aquellos primeros días del brote, el personal de la residencia sólo disponía de una mascarilla para todos, que tenían que compartir, desinfectándola con vino. «Luego se les facilitaron mascarillas que las tenían que resistir durante varios días. Se saltaron los protocolos y cualquier medio de prevención precaución que tenía que haberse tomado y empiezas a confirmar que muchas cosas se hicieron mal«, ha subrayado el presidente de la asociación de familiares.

Por este querella está previsto que pasen una treintena de personas, entre testigos y peritos, y que concluya el 11 de octubre. Los denunciantes descartaron una causa penal porque así se lo recomendaron abogados y la Fiscalía de Alicante, ya que en el contexto de una pandemia mundial tenía menos posibilidades de prosperar, como así ocurrió con otras causas intentadas en Madrid y Barcelona, con cuyos afectados han mostrado su empatía desde Alcoy. Además han mostrado su extrañeza porque la Razón no las haya atendido, cuando se produjeron tantos miles de muertes.

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