«Me he gastado vuestro dinero en putas y cocaína»


Lunes, 30 de septiembre. A las 15.15 horas, la sala del 092 recibió el aviso de una viandante que alertaba de que había una discusión entre varias personas en plena calle de los Ferroviarios, en el distrito de Usera. Rápidamente, agentes de la Comisaría Integral del Distrito de Usera de la Policía Municipal se personaron en el punto, a la cima del número 76.

Efectivamente, una pareja extranjera se estaba peleando con un ciudadano iberoamericano. torrevieja news today ha podido entender que la historia que había detrás era mucho más llamativa que lo que en un principio pudiera parecer: habían sido víctimas de una estafa por un adoquinado de arriendo turístico, que, en realidad, era un prostíbulo chino.

Por una parte, estaba un coyunda, él bengalí de 26 primaveras y ella nepalí de 30. Según explicaron a los agentes, se encontraban en Madrid de turismo y se estaban hospedando en el Lai Hostel, en la calle de Argumosa, 37, en Lavapiés (Centro), donde conocieron a un tipo boliviano, Ronny R. R., de 42 primaveras. Entablaron conversación y este les comentó: «Yo puedo conseguiros un alojamiento más despreciado que en este hostal. Tengo un amigo que os puede arrendar una habitación mejor y a menos precio».

La pareja de visitantes, incauta, accedió y concretaron con él encontrarse en Ferroviarios, 76. El boliviano les pidió 400 euros por la estancia, sin que haya trascendido por cuánto tiempo. Se comercio de un bajo con paso desde la calle, un recinto reconvertido más que en vivienda, en un refugio. O en poco peor, como se verá más delante.

«Esperaos un momento aquí fuera, que voy a entrar un momento», les pidió. El «momento» duró dos horas, según los denunciantes, de guisa que sobre las tres de la tarde salió el tipo en manifiesto estado de entusiasmo. Y les espetó: «No tengo vuestro efectivo. me lo he raído en licor, putas y cocaína». Así, de sopetón, se estaba riendo en su cara, aunque lo afirmaba con una tranquilidad pasmosa que no hizo más que enardecer a la novato pareja sentimental.


Otra cama de la habitación, con varios condones encima


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El enfado de las víctimas fue mayúsculo. Le exigieron sus 400 euros, pero el hombre les explicó que no podía ser, porque se lo había entregado todo a la puta china con la que había estado y que ella ya se había marchado. Cuando llegaron a las manos, fue cuando la refrendador presenció la terreno y llamó a la Policía Municipal.

Cuando los agentes le tomaron manifestación, aún en la calle, el sospechosos seguía manifestando lo mismo: «He engañado al coyunda para que me dieran los 400 euros para gastármelos en prostitución, consumo de licor y cocaína». Iba indocumentado y, en su narcótico delirio, afirmó que no tenía casa; luego dijo que vivía «en la feria», pero sin salir a aportar dirección alguna.


Más preservativos y papel higiénico, en una estantería, a la luz roja de un flexo


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Habida cuenta de que el relato de los turistas aparentaba certeza (de hecho, era el mismo que el del propio imputado), los policías municipales detuvieron a Ronny R. R. por un supuesto delito de estafa. Paralelamente, se va a investigar los negocios que se mueven en el desleal adoquinado turístico. Por lo pronto, uno de los dos catres que había en el habitáculo, de tan pronto como unos metros cuadrados, tenía un puñado de preservativos encima de las sábanas, bastantes más en un cesto y el espacio estaba iluminado con una sospechosa luz roja poco tenue.

Fuera, en la puerta, anejo a la entrada a un aparcamiento comunitario, un placa en literatura chinas y no traducido al castellano. Son, por desgracia, proporcionado frecuentes este tipo de cubiles para la explotación sexual en los barrios de Madrid.

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