Descubren un planeta orbitando la estrella de Barnard, la más cercana al Sol



Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto un exoplaneta de al menos la medio de la masa de Beldad orbitando la destino de Barnard, la más cercana a nuestro Sol. Los científicos no descartan que haya otros tres exoplanetas en otras órbitas de la destino.

Situada a solo seis primaveras luz de distancia, Barnard es la destino individual más cercana a nosotros, la más rápida del Paraíso noctámbulo y el segundo sistema principal más cercano del vecindario, posteriormente del agrupación de tres estrellas de Alfa Centauri.

Por su proximidad, esta destino es un objetivo principal en la búsqueda de exoplanetas similares a la Tierra pero, desde 2018, cuando un equipo de astrónomos descubrió una supertierra orbitando Barnard, no se había descubierto ningún otro planeta en su esfera.

Aquel exoplaneta, una supertierrra de tres veces la masa de la Tierra y con una esfera de unos 233 días, tenía unas características que hacían inviable la vida tal y como la conocemos.

El nuevo exoplaneta, que ha sido descubierto con la ayuda del Very Large Telescope (VLT), del Observatorio Europeo Austral (ESO), de Pimiento, “es completamente diferente” pero igualmente inhóspito para conservar vida, explica en declaraciones a EFE Alejandro Suárez Mascareño, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y coautor del estudio.

Los detalles del nuevo planeta, aguado Barnard b, se han publicado este martes en un artículo en la revista Astronomy & Astrophysics y son el resultado de observaciones realizadas durante los últimos cinco primaveras.

“Aunque nos llevara mucho tiempo, siempre estuvimos seguros de que podíamos encontrar poco”, declara Jonay González Hernández, investigador del IAC y autor principal del artículo.

El equipo buscaba señales de posibles exoplanetas adentro de la zona habitable o templada de la destino de Barnard, el rango donde puede existir agua líquida en la superficie del planeta.

A menudo, la comunidad astronómica se centra en el estudio de las enanas rojas (como Barnard) porque los planetas rocosos de desprecio masa son más fáciles de detectar en su entorno, poco más arduo de hacer si hablamos de estrellas más grandes, similares al Sol.

El nuevo exoplaneta, Barnard b, está vigésimo veces más cerca de la destino de Barnard que Mercurio del Sol, “tiene una temperatura superficial de unos 125 ºC y un periodo orbital de 3,15 días terrestres”, detalla Suárez Mascareño.

“Barnard b es uno de los exoplanetas de menos masa conocidos y uno de los pocos conocidos con una masa beocio que la de la Tierra. Pero el planeta está demasiado cerca de la destino anfitriona”, añade González Hernández.

“Incluso si la destino fuera unos 2.500 grados más fría que nuestro Sol, hace demasiado calor como para sustentar agua líquida en la superficie del planeta”, concluye el autor principal.

Para hacer este estudio, el equipo utilizó ESPRESSO, un aparato de reincorporación precisión que mide el bamboleo de una destino causado por la espectáculo gravitacional de uno o más planetas en esfera.

Los astrónomos aprovechan este propósito para valorar con asombrosa exactitud los cambios en la velocidad de una destino debidos a un exoplaneta que orbita.

El hallazgo de Barnard b todavía fue confirmado por los datos de otros instrumentos asimismo especializados en la búsqueda de exoplanetas: HARPS, en el Observatorio La Arnés de ESO, HARPS-N y CARMENES.

Sin secuestro, los nuevos datos no han confirmado la existencia de la supertierra reportada en 2018. “No hemos sido capaces de confirmar su existencia y, de hecho, en estos momentos el consenso normal es que ese exoplaneta podría no existir”, avanza Suárez Mascareño a EFE.

“Pero creemos que la destino Barnard podría tener hasta tres exoplanetas más orbitándola, aunque por ahora solo tenemos indicios que no podemos confirmar”, destaca el investigador del IAC.

Para eso habrá que seguir observando a la destino de Barnard “pero el descubrimiento de este planeta, adjunto con otros descubrimientos anteriores como Proxima b y d, muestra que nuestro patio trasero cósmico está empachado de planetas de desprecio masa”, destaca el investigador.

El Extremely Large Telescope de ESO, actualmente en construcción, contará con el aparato ANDES que permitirá a la comunidad científica detectar más de estos pequeños planetas rocosos en la zona templada que hay más o menos de las estrellas cercanas y estudiar la composición de sus atmósferas.

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