Estaba solo en un pequeño municipio avilés con casi nada un centenar de vecinos que no pudieron oír los gritos de auxilio desde su finca rústica cuando dos encapuchados entraron en ella. Habían estimado a su víctima. «Sabían» que tenía hacienda en casa y durante más una hora le ataron y torturaron. Se llevaron joyas y 700 euros y él quedó gravemente herido mientras huían. Tras meses de investigación, los supuestos ladrones ha sido detenidos y se encuentran en prisión provisional e investigados por intento de homicidio.
Los hechos ocurrieron el pasado mes de junio en la pueblo de Santa Cruz de Pinares (Ávila). Desde el principio los asaltantes tenían claro su objetivo: la caja cachas. Sin incautación, no encontraron interiormente el hacienda que «esperaban» y comenzaron agredirle al morador de la casa y a exigirle más hacienda mientras le «amenazaban con matarle». Primero con un palo y a posteriori «intentaron estrangularle» con un cable. El hombre, de 53 primaveras logró enloquecer pero en el enfrentamiento recibió más golpes por parte de ellos, que empuñaban supuestamente una catana, según señalan Urbano Civil en un comunicado.
Tras hacerse con un trofeo de 700 euros en efectivo y siete relojes valorados en 3000 huyeron del circunstancia rápidamente. La víctima tuvo que permanecer ingresada en un centro hospitalario a causa de fracturas en los huesos del rostro y costillas y diversos hematomas, encima de lesiones en un ojo, en el que ha perdido la visión parcial.
La investigación llevó hasta cinco personas, tres con residencia en la provincia de Valencia y las otras dos en la de Ávila, que posiblemente estaban vinculadas a los hechos. Se trataba de un clan de amigos, que la Urbano Civil apunta que planificó «minuciosamente cómo robar a esa víctima al ser conocedores de que poseía hacienda en su domicilio».
Con numerosos informes policiales por hechos similares, estaban organizados, cada uno en su papel. Uno era presuntamente el inductor, otro el colaborador, un tercero el derrotero y dos los autores materiales. Los cinco fueron detenidos en septiembre y puestos a disposición legal, decretándose el ingreso en prisión provisional de los asaltantes y la espontaneidad con cargos del resto.