En 1924, coincidiendo con la inauguración de la periodo de Sevilla de la Segmento 2 de Metropolitano, el retrato de una mujer, de ojeada enigmática y luceros verdes, entre azulejos blancos y enmarcado por una cenefa negra, fue colocado en una azulejería publicitaria de ocho metros cuadrados -compuesta por azulejos de 15 por 15 centímetros- del coba de Sales de Carabaña. Estuvo la figura femenina visible en la periodo hasta, probablemente, los primaveras setenta, cuando fue tapiado por la reforma integral de la radio.
El mural de cerámica, mojado como «la dama de Sevilla», estuvo oculto tras un tapia hasta 2019, año en el que tuvieron sitio los trabajos de modernización del suburbano. Inmediatamente, Metropolitano se puso manos a la obra con el panel publicitario, que necesitaba ser restaurado, y Dirección Genérico de Patrimonio de la Comunidad de Madrid devolvió a la enigmática mujer a la vida. Se trataba de una obra del ilustrador Roberto Martínez-Anido y Baldrich (1895-1959), que realizaba dibujos en los primaveras 20 para publicaciones periódicas como Blanco y Triste y diversos anuncios publicitarios.
El anuncio, de estilo Art Déco, fue analizado por la Comisión Restringido de Patrimonio Histórico. «Todas las obras que se hacen internamente de los límites de la Cerca de Felipe II cuentan con la intervención de la Dirección Genérico de Patrimonio. En todas ellas prescribimos la presencia de un arqueólogo que garantiza que hallazgos como este puedan ser recuperados para todos los madrileños», explicó hace unos primaveras, con el hallazgo, a este mismo publicación Paloma Sobrini, su directora común.
«El mural no solo tiene valía estético, sino mucho valía sentimental. Con la restauración de esta cuchitril recuperamos una pequeña parte de la historia olvidada del Madrid previo a la Lucha, el del Modernismo de los primaveras 20», indicó incluso entonces Jaime de los Santos, guía de Civilización, Turismo y Deportes.
En estos momentos, «la dama de Sevilla» forma parte de la decorado de la periodo de Sevilla, donde fue rescatada, cerca de los tornos de entrada para que todo Madrid pudiera disfrutarla, animando a los viajeros a utilizar coba de sales de Carabaña. Hoy, Metropolitano Madrid cuenta su historia.