“Pagaré 11.500 euros cada tres semanas por mi tratamiento para el cáncer”


¿Cuánto pagaría por estirar su vida un par de primaveras? ¿Qué haría si su doble le recomienda un fármaco indicado para el cáncer, pero tiene que pagarlo usted por completo? ¿Podría encargarse un coste de 11.500 euros cada tres semanas? Es el drama de enfermos cáncer que ven cómo surgen medicamentos novedosos y específicos pero que aún no han sido reconocidos por el sistema conocido de vitalidad.

Gastar los ahorros en guardar la vida

Un paciente nos muestra en la pantalla el presupuesto que le han hecho en una clínica privada para tratar su cáncer con metástasis: 11.453 cada tres semanas. El fármaco está obligado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para otros tipos de cáncer, pero aún no para el suyo. No obstante su oncólogo le asegura que es el mejor tratamiento posible para él. “Tendré que tirar de ahorros, que para eso están”.

[[H2:En la privada sí, en la pública no… todavía]]

“Si lo puedes enriquecer podemos prolongar tu vida”. Ese fue el mensaje que le transmitió a Conquista su oncólogo cuando le comunicó que el medicamento más preciso para combatir su cáncer de mama metastásico no estaba cubierto por la Sanidad Pública. Pero al estar ya suficiente por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) sí que podían administrárselo en una clínica privada. “¿por qué la injusticia de que si lo puedes enriquecer sí, pero si no lo pagas, no?” Esa advertencia animó a Conquista a combatir, yuxtapuesto a otras mujeres con su misma enfermedad, para que los fármacos “Enhertu” y “Trodelvy” fueran contemplados por el Servicio Notorio de Sanidad. Y lo han conseguido tras cuatro intentos y sumar más de 150.000 firmas.

Prolongar la vida 23 meses y esperar a que surja un nuevo fármaco

Con la nueva terapéutica, las pacientes consiguen prolongar su vida unos veintitrés meses, un plazo en el que pueden surgir nuevos fármacos: “Estos medicamentos tenían que salir a todas las pacientes de cáncer de mama metastásico, porque son muy innovadores y van directamente al tumor”. El problema antiguamente de su logro es que eran las pacientes quienes tenían que desembolsar los 5.500 euros cada tres semanas que cuesta el tratamiento. Unas, como Conquista, tuvieron que pelear con su seguro privado. Algunas, entregar o hipotecar su casa. Y otras como Lucía… renunciar al tratamiento que le recomendaba su oncólogo: “Descubrí la existencia de que yo no podía tener llegada porque no tengo seguro privado. El hecho de poseer conseguido esa accesibilidad de vida a otras personas es un hito”.

Custodia perruna compartida.

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