Los hechos ocurrieron el sábado, cuando el vuelo tenía su horario de salida previsto a las 9:15 horas. Vuelo de Wizz Air con 224 pasajeros Sufrió daños después de que el hombre intentara forzar una de las puertas cuando todos los pasajeros habían subido.
Los afectados por el incidente no pudieron volar hasta la noche. Casi todos tomaron otro avión a las 23:00 horas del mismo día. Lo hicieron a bordo de otro avión de la compañía, pero 50 de ellos quedaron en tierra por falta de espacio, según informó la Comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza.
El hombre que provocó los destrozos en el avión es de nacionalidad rumana, aunque reside en Zaragoza. La Guardia Civil intervino en el procedimiento de desalojo del avión en el aeropuerto de la capital aragonesa.
Al menos un vuelo diario sufre retraso debido a pasajeros ebrios
En muchas ocasiones los pasajeros abordan el avión borrachos o beben demasiado durante el vuelo. Provocan peleas con otros viajeros, primero verbalmente y en ocasiones llegan a las manos.
Muchos de ellos ponen en peligro la seguridad de la tripulación y de los pasajeros. En ocasiones, estos hechos se han producido en los momentos más críticos del vuelo, aterrizaje o despegue.
Beber en el aeropuerto o en el avión no es un crimen y cada aerolínea establece su propia política de admisión de pasajeros. Sin embargo, está prohibido tener conductas indisciplinadas a bordo de una aeronave. Por lo tanto, es un delito si el pasajero intimida o agrede a un miembro de la tripulación, interfiere con la capacidad de un asistente de vuelo, o intenta o conspira para intentar las acciones anteriores.