El expresidente del Gobierno se rebela contra las críticas de su partido a su oposición a la amnistía del 1-O
Felipe González fue uno de los líderes internacionales que exigió públicamente la liberación del opositor venezolano Leopoldo López, quien pasó más de tres años en prisión hasta su liberación en 2017. El expresidente del Gobierno español aprovechó este lunes el altavoz que dio le presentó un libro basado en estos hechos –Nos quieren muertos (Espasa), de Javier Moro– Reivindicar el valor de la libertad y la democracia por encima de las diferencias ideológicas y, de paso, su derecho a expresar lo que piensa.
“Aquí hay un problema de discriminación por edad. Ahora que tienes mi edad ya no puedes hablar, te prohíben hablar. Una vez que cojo el micrófono, cuánto lo disfruto”, bromeó ante el público reunido en el Ateneo de Madrid en una crítica implícita a su propio partido por criticar que se haya opuesto a la posibilidad de que Pedro Sánchez acceda a la exigencia de ERC y Junts de conceder amnistía a los implicados en la consulta ilegal del 1-O, postura que Ha sido calificado de “desleal”. “desde la propia cúpula de Ferraz.
A su salida del acto, González afirmó que en los “próximos días” también se pronunciará sobre la convocatoria de un referéndum independentista en Cataluña, que es otro de los requisitos que imponen los partidos independentistas a cambio de sus votos para que el El presidente del Gobierno en funciones puede permanecer al frente de La Moncloa una legislatura más. Sin embargo, ya ha adelantado que lo considera una “broma”.
“Me repugna esa derecha o esa izquierda que distingue a los regímenes por el color que presentan. Las dictaduras son dictaduras, los tiranos son tiranos”, afirmó también, durante la presentación de Nos quieren muertos, el político que lideró la refundación del PSOE en Suresnes hace 50 años. “El día que todos estemos de acuerdo en eso, será más fácil coordinarnos y avanzar”, añadió.
Sin mencionarlo explícitamente, González también ha censurado a quienes, como el expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero, intentan “blanquear” a Nicolás Maduro, de quien ha dicho que “no resistiría ni siquiera unas elecciones medio libres”, y al mismo tiempo que se ha diferenciado de su antecesor como presidente de Venezuela. “Hugo Chávez tuvo un liderazgo real; pudo perder, como perdió en un referéndum, pero ganó en las urnas”, añadió en oposición al “control y represión” que, según ha denunciado, se ha instaurado en Venezuela. .
A la presentación del libro de Javier Moro asistieron el propio Leopoldo López y su esposa, Lilian Tintori. Ambos han agradecido el apoyo que recibieron del que fuera presidente de España entre 1982 y 1996 durante los años que el opositor pasó encerrado.
En el acto también estuvieron presentes Alberto Ruiz-Gallardón, exministro de Justicia y exalcalde de Madrid; José Manuel García-Margallo, ex titular de la cartera de Asuntos Exteriores; y la diputada Cayetana Álvarez de Toledo, todos ellos miembros del PP. Entre el público también hubo Nicols Redondo Terrerosrecientemente expulsado como miembro del PSOE y exlíder de UGTCándido Méndez.
Reunión con la guerra
En este mismo escenario del Ateneo, González participó hace dos semanas en la presentación del libro La Rosa y las espinas. El hombre detrás del político (La Esfera), escrita por quien fuera su mano derecha en el Palacio de la Moncloa, Alfonso Guerra. Distanciados desde hace años, ambos vuelven ahora a estar unidos por el desacuerdo con un partido que ya no reconocen como el que refundaron hace medio siglo ante la posibilidad de pagar el precio político de las concesiones a los independentistas a cambio de apoyo a la investidura de Sánchez.
“Uno puede defender las ideas que quiera, pero lo que no puede hacer es saltarse la legalidad. La amnistía no es constitucional. No cabe, como tampoco cabe la autodeterminación”, advirtió el expresidente del Gobierno durante su intervención en dicho evento. En este sentido, ha apuntado que su aplicación supondría “borrar” los crímenes de quienes “en dos días destrozaron el Estatuto (de autonomía de Cataluña) y la Constitución”, que “la legitimidad de quienes intentaron defenderla ser quitado” y que no conoce ningún país democrático que introduzca un elemento de “autodestrucción de su unidad e integridad”.