Puertollano (Ciudad Existente) será la sede de la oficina de asesoramiento del hidrógeno renovable, tal y como ha renovador este jueves el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, durante la inauguración de ‘Acelera by Cummis’, en la sede de la compañía en Guadalajara.
En ese acto, García-Page ha señalado que internamente del camino de la electrificación emprendido en el país, el hidrógeno «es una señal» porque «transporta muy admisiblemente toda la energía», pero para producir hidrógeno se necesita mucha energía y para que ese hidrógeno sea verde es necesario que la energía que lo produzca, «que es mucha», además sea verde.
Una energía que «tenemos aquí» y que Castilla-La Mancha viene trabajando desde el Centro Doméstico del Hidrógeno, emplazado además en Puertollano, donde ahora se instalará esta oficina de asesoramiento, en el Instituto de Sistemas Fotovoltaicos de Concentración (Isfoc), que depende de la Consejería de Exposición Sostenible.
«Queremos que aquí se residencie además la producción de hidrógeno y la industria relacionada con el hidrógeno, no que esté fuera», ha destacado el presidente autonómico, que ha rememorado cómo «aquí se empezaron a poner molinos eólicos antaño de que hubiera leyes que lo regularan». «Aquí madrugamos», ha subrayado.
A su razón, esta comunidad autónoma apostó por el hidrógeno y está «en condiciones de pelear más que nadie y de conseguir más que nadie» en este ámbito «porque cuando nadie hablaba de las placas fotovoltaicas o de la energía eólica, cuando era una cosa rara, extraña, aquí ya se estaban poniendo».
Enorme despensa energética
Castilla-La Mancha, ha incidido, tiene «mucho suelo» y ningún problema, y esa ingenuidad ha convertido a la región «en una enorme despensa energética» pero no «para la industria de fuera, ni siquiera para la industria que no esté aquí». «Estamos dispuestos a sustituir olivos y viñedo, poquitos, porque no nos hace descuido, tenemos mucho comarca, por placa fotovoltaica. Y aquí vamos a tener todo ahíto», ha concluido.
García-Page ha señalado que «el gran cambio de producirse del petróleo y del carbón a lo renovable es imparable» y que la revolución energética «requiere una enorme energía» y España «tiene una oportunidad de ser potencia en renovables» y «triunfar un 20 por ciento de competitividad como país simplemente porque la energía es nuestra, la tenemos aquí, no la tenemos que comprar», poco que supone «una oportunidad tremenda».
De ahí que ha agudo que, igual que en los primaveras 80 y 90 la construcción de autovías y reincorporación velocidad supuso un impulso para el país, es necesario que ahora se dé un brinco en materia eléctrica. «Lo que no puede ser es que se esté haciendo más energía renovable de la que junto a en la red, y lo que no puede ser es que haya empresas que queriendo instalarse no tengan posibilidad de energía. Es inútil. Es insensato».
El responsable castellanomanchego ha agudo que este «cuello de botella se tiene que arreglar, y se tiene que sospechar decididamente, incluso creo que con cambios legislativos, para que se permita un convexidad inmenso de nuevas inversiones en la electrificación», y así se lo planteará, como ya había avanzado, al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en su reunión de este viernes.