Lo de los ataques y estafas cibernéticas es poco más que un problema, da ya poco más que miedo. Desde el más tajante desconocimiento del tema, empiezo a temer que un día ensenada la cuenta del porción y ahí no quede ausencia. Un amigo culto que tengo, de esos que todos tenemos uno, me insiste que es ficticio lograr a esa situación, que para que eso ocurra, siempre el becario tiene que dar el ‘primer paso’, ofrecer alguna información sensible sobre sus claves o datos.
Sin confiscación los acontecimientos vividos en la Comunidad Valenciana sin irnos más acullá en los últimos días son para apearse al detalle. Dos universidades, una pública, otra privada, ambas han pasado afectados sus sistemas informáticos. La primera con robo de datos que sirvió a los ‘hackers’ para remitir correos a los estudiantes suplantado la personalidad de la institución académica. En el segundo caso, secuestrando datos y exigiendo un rescate por ellos, una situación que ha llevado a la universidad a coger nuevos servidores y detener procesos de trabajo internos en la última semana. De postre nos queda la estafa que sufrió hace unos días la empresa externa responsable de la contabilidad del Palacio de Congresos y siempre presente queda el robo de cuatro millones de euros que sufrió la EMT de Valencia, en estos últimos casos tiene razón mi amigo el culto, hubo en algún punto del proceso error o desacierto de los responsables.
Aún así lo más preocupante es que los delitos aumentan, las estafas más. Cada vez es más habitual tomar mensajes en tu móvil en el que te avisan que se bloqueó un plazo, que cambies tus contraseñas del porción, que tu hijo se ha quedado sin peculio o que conociendo datos tuyos realices una transferencia, pero detenciones, no hay tantas. El problema adquiere ya una magnitud que antiguamente que la malversación, la desobediencia o la condonación, este tipo de delitos sí requiere de un endurecimiento de las penas y un refuerzo para los cuerpos y fuerzas de seguridad. Porque la sensación con sucesos de esta clase casi a diario, es que un día tendremos un susto, y apunta a de los buenos…
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