La Comunidad Franciscana de Lucena ha arrojado una petición de ayuda económica para la restauración del claustro bajo de su convento, un superficie distintivo de la ciudad que se encuentra en un estado preocupante de detrimento.
Según explicó ayer el Padre Antonio Herrera, la intención auténtico era la de proceder a una sencilla intervención para reafirmar el zócalo, pero se ha ido complicando al descubrirse daños más profundos.
Al obtener los técnicos identificaron que el problema podría estar en el subsuelo, con filtraciones de agua que han provocado el abombamiento del pavimento y la rotura de las losas. Por otra parte, la aplazamiento en acometer las obras ha deparado en los últimos meses el progresivo desplome de parte del recubrimiento de los muros, dejando a la aspecto el tapial llamativo y poniendo en peligro los murales de azulejos con escenas franciscanas que los cubren.
Así, parte de las paredes se ha retirado por motivos de seguridad, pero otras áreas siguen en peligro de colapso, «lo que representa un peligro para quienes visitan el convento», añadió el padre cancerbero, que añade que, frente a esta situación «los técnicos han recomendado no arreglar el zócalo sin primero atender las filtraciones».
Cita solidaria este fin de semana
El coste de la intervención asciende a más de 80.000 euros, de los cuales ya se han recaudado aproximadamente de 20.000 a través de donaciones particulares. La comunidad ha solicitado ayuda a diversas instituciones, incluidas la alcaldía de Lucena y la Diputación Provincial.
El convento no es parroquia, sino propiedad de la orden, por lo que no cuenta con el respaldo directo del Obispado, cuya prioridad son las iglesias parroquiales de la ciudad. Si las ayudas llegan, la intención del convento es ejecutar los trabajos en una sola etapa. Para movilizar más fortuna, la Cofradía Franciscana de Lucena y otros grupos de la comunidad han organizado una perolada solidaria este fin de semana.