Los Mossos identifican a grupos de carteristas que revientan fiestas mayores


En los últimos años, grupos de vándalos han disuelto algunos festivales importantes en los que nunca antes había sucedido nada. El último episodio se produjo este fin de semana en Molins de Rei, pero antes ya había ocurrido durante la Mercè de 2021, en menor medida en 2022, y se había reproducido en municipios como Sant Feliu de Llobregat en los mismos años. Es como si con La Mercè se diera el pistoletazo de salida a una ola de violencia que se extiende por algunos municipios metropolitanos aprovechando sus fiestas de fin de verano. Como si el vandalismo se apoderara del tranvía y parara en cada estación. Próxima parada: fiestas de Sant Feliu de Llobregat. El Ayuntamiento ya ha solicitado de urgencia una reunión con los Mossos d’Esquadra y la policía municipal para reforzar la seguridad durante las fiestas que comienzan el próximo 11 de octubre. “Estamos consternados por los incidentes en Molins y ya hemos solicitado una reunión de urgencia esta misma mañana con agentes policiales”, indica el primer teniente de alcalde de Sant Feliu, Javier Molina.

En el caso de Molins de Rei, la policía catalana ya ha identificado a cuatro de los agresores y ayer mismo dos, vecinos de Santa Coloma de Gramanet y Pallejà, fueron detenidos. Uno de ellos fue detenido por agentes vestidos de civil de Barcelona tras robar un teléfono móvil.

En Molins y Sant Feliu se producen altercados desde 2021 con jóvenes de fuera del municipio

Ese es el perfil del resto de compañeros antidisturbios. Grupos de carteristas, ladrones descuidados, con antecedentes, que acuden o coinciden en las multitudes de las fiestas mayores. Y una vez allí, si el robo de teléfonos o carteras se complica, improvisan un plan B y provocan disturbios seguidos de asaltos en establecimientos.


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Los responsables de la zona metropolitana sur de los Mossos se reunieron a primera hora de ayer para analizar los hechos ocurridos en Molins. Estuvo presidido por el comisario comarcal, Miquel Esquius, y asistieron los responsables del área de investigación criminal, información y el jefe de la comisaría de Sant Feliu, que tiene a su cargo Molins de Rei. Los comandantes compartieron toda la información del fin de semana y descartaron que se tratara de un grupo organizado que acudió expresamente a la fiesta principal con la idea de participar en los disturbios. Pero sí admitieron la vanguardia que los ya identificados eran “conocidos” por los investigadores de esa región y de Barcelona, ​​y que son delincuentes habituales que buscan esa oportunidad.

“Las fiestas de Molins sirven de termómetro para las de Sant Feliu”, destaca la exalcaldesa Lidia Muñoz.

El episodio vandálico recuerda mucho a lo que ya ocurrió en Barcelona en las fiestas de la Mercè el año pasado, cuando un grupo de adolescentes del mismo perfil no sólo protagonizó una andanada de robos de teléfonos, sino que después de los conciertos en Plaza Espanya realizaron actos de vandalismo, saqueos y destrucción en las calles de Sants.


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En Molins de Rei, el grupo avanzó hasta la plaza del Ayuntamiento, tras destruir un concesionario y encender una hoguera que alimentaron con todo lo que encontraron en el almacén de coches. Cruzaron contenedores en la calle, utilizaron vallas de obra y destrozaron hasta llegar a una tienda de Vodafone, junto al mercado municipal, tras vandalizar también una sucursal de Sabadell.

Dos de los agresores fueron detenidos ayer, uno de ellos por agentes vestidos de civil tras sustraer un teléfono móvil.

Para entonces, al grupo inicial se habían unido jóvenes locales que gritaban a los delincuentes y, en ocasiones, se unían a la ola de destrozos y quemas. En la tienda de telefonía móvil destruyeron todos los dispositivos expuestos, arrancaron tres televisores de la pared y se llevaron otros tres portátiles. Sin embargo, no pudieron acceder al almacén donde guardaban el resto de terminales para la venta al público. Durante los disturbios no se levantaron consignas ni grafitis de protesta. Por tanto, no existe un grupo político o social fijo en el que ubicarlos.

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Los empleados del concesionario de coches de Molins trabajaron ayer a pesar de los destrozos

Cristóbal Castro / Tiroteo

En Molins de Rei ya hubo altercados hace dos años. Hubo un apuñalamiento, varias peleas y se rompieron los toldos de dos paradas de autobús y de un banco. Esos disturbios obligaron al Ayuntamiento a desplegar al año siguiente el mayor cuerpo policial de la historia de las fiestas, aunque hubo algunas peleas menores. En el municipio vecino, en Sant Feliu, en 2021 se produjo un robo masivo de móviles, varias peleas y un apuñalamiento. “En ese momento, las explicaciones que nos dio la policía fueron que los disturbios los protagonizaban jóvenes que hacía tiempo que no podían salir por la noche debido a las restricciones de la pandemia”, explica el exalcalde de Sant Feliu, Lidia Muñoz. Sin embargo, visto el perfil de los vándalos y los numerosos antecedentes que acumulan a sus espaldas, la realidad parece ser otra. El alcalde de Molins subrayó ayer que esta situación “supera el ámbito local y supera a los ayuntamientos”. “Necesitamos reflexionar como país y tratar esta realidad con otra fórmula para combatirla desde otra perspectiva”, indicó. Mientras tanto, el exalcalde de Sant Feliu recuerda que “las fiestas de Molins sirven como termómetro para saber qué puede pasar a continuación en Sant Feliu”.

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Un grupo de jóvenes asaltó un concesionario y arrojó objetos a la policía local de Molins de Rei

LV

Spray de pimienta en las fiestas de Sarrià

Una joven del barrio cuenta lo ocurrido la noche del sábado en las fiestas de Sarrià. “Estábamos en los conciertos en la plaza Consell de la Vila, y sobre la una te lanzaron un gas pimienta, ¡de repente no podías respirar! y te ardía la tráquea y…” Entonces había unas 1.200 personas en la plaza. La joven detalla que muchos empezaron a correr, que algunos se sentaron mareados, que algunos niños se asustaron… “Al rato, el Las molestias pasaron, pero ya nos volvimos a casa, ya no teníamos ganas de fiesta.” Fuentes municipales confirman que el Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) atendió al menos a tres jóvenes. Otros testimonios relatan que jóvenes desconocidos del barrio rompieron algunos retrovisores espejos, derribaron varios contenedores y, sobre todo, despertó la preocupación de muchos padres de familia. La noche terminó con tres detenciones, por robo, lesiones y agresión. / Luis Benvenuty

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