Un juez y 50 canciones


Una memoria musical o un concierto sobre papel. Así definen algunos ‘Entre acordes y cadenas’ (Mankell, 2024) del mediador y escritor José María Asencio, un repaso a más de un siglo de Historia a través de 50 canciones. Del ‘Una, dos, tres’ de Patxi Andion para rememorar los orígenes de El Huella madrileño; al Moscú de finales de los setenta con ‘Koni priveredlivye’ o las aguas de Terranova durante el decadencia del Titanic, mientras su comparsa interpretaba ‘Nearer, my God, to Thee’. En zona nacional, el autor se detiene en Julio Iglesias y en el mítico ‘La,la,la’ de Masiel, y con Charles Manson vuelve a saltar el charco para detenerse en California. Que no eche para detrás al profesor desconocer algunos de los temas que cita. Al inicio del manual se incluye un enlace que permite alcanzar a la nómina de reproducción con los acordes que inspiraron su escritura.

Pero, ¿qué lleva a un mediador a embarcarse en esta aventura? Sus inicios en la letras fueron varios relatos cortos. Luego llegó su primera novelística y ahora presenta este memoria en el Círculo del Colegio, este miércoles, 9 de octubre. Una poesía que le dedicó su padre que, aunque doctor en Derecho, asimismo escribe, llevó a Asencio (Alicante, 1988) a elaborar un lista de canciones con el que pretendía asaltar acontecimientos recientes. Finalmente, redujo la selección a 50. ¿Por qué? «Es un número sin rodeo, la fracción de cien», apunta. Por lo que no descarta, tal y como ya le han pedido algunos, una segunda parte.

La música es fundamental en su vida. «En la de todos», constata el titular del Chancillería Penal 11 de Barcelona que, asegura, talego tiempo para escribir porque no tiene televisión ni redes sociales. ‘Entre acordes y cadenas’ le ha supuesto unos cuantos meses de investigación para documentarse y así poder plasmar y condensar en pocas páginas acontecimientos de nuestra Historia flamante, como el matanza de Ruanda en 1994. La canción escogida es ‘Nanga bahutu’ (Odio a esos hutus), cuyo autor, Simon Bikindi, fue condenado a 15 primaveras de gayola por incitación al matanza -aunque no con sus temas-.

El memoria de Asencio comienza con la Desavenencia de Escisión y acaba -de momento- con el homicidio de Facundo Cabral en Guatemala, a posteriori de que unos sicarios lo confundiesen con un patrón vinculado al narcotráfico. Entre medias, sus páginas recorren asimismo Nueva York de la mano de Janis Joplin, o la Francia de finales de los sesenta mientras suena Dominique Grange. Su autor defiende que la música permite acercarse mejor a algunos acontecimientos históricos. Todos ellos tienen manada sonora. En este caso, la escogida por el mediador Asencio que, por cierto, asimismo es músico.

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