La tensión que vive Oriente Medio en los últimos días parece que no va a relajarse. Tras el emanación de los 220 misiles de Irán a Israel el pasado martes, el mundo contempla expectante las represalias que va a sufrir a acabo el gobierno de Menor Netanyahu. El Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, que negocia anejo a Israel la respuesta contra Teherán, ha dicho que no cree que vaya a sobrevenir una guerrilla total.
Sin incautación, sus últimas palabras invitan más a la preocupación que a la confianza. El presidente estadounidense afirmaba que confía en evitar que el conflicto vaya a más, pero además ha agradecido que queda mucho trabajo por hacer. Biden ha fijado una linde roja en las instalaciones nucleares de Irán, aunque sí están discutiendo posibles operaciones sobre las petroleras iranís.
Sus palabras confirman aquello que adelantó el medio digital Axios el pasado miércoles, el posible ataque a las petroleras de Irán. Las declaraciones de Biden han hecho saltar las alarmas en la industria del crudo. Carencia más producirse dicha afirmación, el precio del petróleo subió, encadenando cinco jornadas consecutivas al plataforma. De producirse un ataque sobre las bases petrolíferas iranís, Israel no solo dañaría la fuente principal de ingresos del régimen de los ayatolás, que aporta a Irán 35.000 millones de dólares al año. Igualmente aumentaría la presión sobre el precio del crudo. Se estima que su valencia podría duplicarse, repercutiendo en toda la posesiones total.
Por otra parte de negociar anejo a Israel el ataque contra Irán, la Casa Blanca ha coordinado otro comunicado de los aliados del G7. En él, reiteran el parada al fuego en la franja de Lazo. Así mismo, reclaman a Hamás la escape incondicional de todos los rehenes israelíes. Con respecto a la situación que se vive en Líbano, el G7 pide un parada al fuego lo antaño posible y demandan la menester de retornar a la frontera fijada por Naciones Unidas a través de la resolución 1701, porque señalan que es la única posibilidad para “aliviar permanentemente las tensiones, estabilizar la frontera entre Israel y el Líbano, restaurar completamente la soberanía, la integridad territorial y la estabilidad del Líbano y recuperar a los ciudadanos desplazados a sus hogares con seguridad y protección por entreambos lados”.
Sin incautación, el G7 no ha solicitado ningún parada al fuego sobre Irán. Tan solo se limitan a pedir que se actúe con responsabilidad y contención. Esta posición confirma aun más si junto a la futura respuesta de Israel tras la diluvio de misiles que envió Irán sobre el país sionista. Mientras Israel estudia cómo ejecutar sobre Teherán, el resto del mundo observa son la esperanza de que no aumente la magnitud del conflicto.
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