Nos acercamos a un viñedo de las bodegas Solar de Samaniego, en la billete alavesa de Laguardia, el extremo día de la vendimia. La cosecha, este año, es más escasa de lo habitual. Carlos Rubio, Director Técnico de la bodega, pone cifras a esa reducción. Puede ser hasta del cincuenta por ciento.
Un 30% menos de producción
A pocos kilómetros, en Baños de Ebro, encontramos las bodegas Altún. Iker Martínez, enólogo de tercera reproducción en esta explotación normal, nos asegura que han recogido un treinta por ciento menos de producción.
Tras dos campañas marcadas por la sequía, las cepas han soportado un nuevo Verano afectado por las altas temperaturas, especialmente el mes de Julio. Carlos nos muestra como los golpes de calor han terminado secando algunos racimos.
Un calor al que se sumó en Septiembre las abundantes lluvias, favoreciendo la aparición de hongos. Abel López, responsable de viticultura de las bodegas Solar de Samaniego, nos enseña un racimo afectado por botrytis. Las uvas están cubiertas por una especie de polvo mediocre y se desprenden fácilmente del racimo. “No queda otra que desecharla”, concluye.
La ayuda de la tecnología
Para hacer frente al contienda del cambio climático las bodegas en los últimos tiempos recurren a la tecnología. Como estaciones meteorológicas ubicadas en centro de los viñedos que permiten adelantarse a los problemas. Nos lo explica, Iker Martínez, “gracias a ella sabemos cuántos litros de agua han caído, qué temperatura hace y qué aventura tienen las cepas de contraer alguna enfermedad y en función de ello actuamos”.
Con todo, el caldo este año será excepcional. Iker nos destaca el comba, la frescura y la avenencia de esta anualidad. Mientras Carlos subraya que podemos conversar de una gran calidad de los futuros vinos del 2024. Aunque la merma de la cosecha provocará un aumento de su precio.
¿Cómo serán los vinos del futuro?
El futuro que viene someterá a los bodegueros, enólogos y directores técnicos a un contienda tremendo. “En 2021 yo empecé a vendimiar el 7 de septiembre. Yo reminiscencia originarse a poner en cobro la uva con mis abuelos en El Pilar, el 12 de octubre. Hablamos de seis semanas de diferencia. Todos los posibles los pondremos para que nuestras viñas, durante el verano, trabajen a tope y así poder vendimiar ayer. Eso nos permitirá equilibrar los niveles de trinque y de aspereza. Esa es nuestra batalla. En Ribera estamos muy condicionados porque utilizamos una única variedad, el tempranillo, en un 75%. El tempranillo es una variedad tremendamente complicada para el calor. Porque es una uva que se asusta suficiente. Se intente proteger con las altas temperaturas. Pero cada vez tenemos abriles más cálidos. El debate de Ribera del Duero y quizás en otras zonas todavía será utilizar variedades de ciclo más derrochador, más frescas, que aguanten más el calor”, explica Bequer Prieto, enólogo y director técnico de Bodegas Zifar.
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