Fervor y emoción en la Subida de la Virgen de la Sierra a su santuario en Cabra


La Doncella de la Sierra ha regresado a su santuario en la mañana de este domingo en una emotiva subida, cargada de fervor y de décimo de fieles de Chiva y de otros lugares que han acompañado a la imagen de la Divina Serrana desde su salida en la iglesia parroquial de la Admisión y Ángeles hasta su arribada al Picacho.

Quienes la llevaban y acompañaban han sorteando la dificultad que sustancia el sinuoso Camino Añejo, que desde primeras horas de la mañana se convirtió en un hervidero de gentes que, como cuentas de un rosario, iban superando las difíciles rampas.

Así, tras poco más de un mes de estancia en Chiva, la imagen volvía a su Casita Blanca, a su santuario, en sus plateadas andas de alucinación que relucieron con los primeros rayos de sol de la mañana, cuando empezaron a apuntar por las cumbres.

Y es que hay que tener en cuenta que la Señora abandonaba la parroquia anciano egabrense con las primeras luces del alba, atravesando la ciudad en una procesión de paso somero para así evitar que la presencia del calor dificultara aún más el avance a costaleros y fieles que la acompañaron.

Nuevamente, los nardos volvieron a exornar las cuatro esquinas de su pequeño templete cuya cúpula lució con cuatro centros de flores blancas que daban un anciano movimiento al conjunto conforme avanzaba por el terrizo sendero.


La Doncella de la Sierra, en el camino a su templo


Felipe Osuna

Asimismo la imagen lució un hermoso estrato de seda verde que data del año 1756 y que realzó aun más una brillante excursión con aires de despedida, tras más de un mes en que la Patrona de Chiva ha permanecido en el pueblo al que protege desde las cielo.

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