La intención de Hacienda es que se puedan aprobar a principios de enero de 2024
3 de octubre de 2023. Termina el tiempo de Alberto Nez Feijo y comienza el de Pedro Sánchez. Así lo hace según el calendario que maneja el PSOE, dando por sentado que el líder socialista va a ser el encargado de intentar formar Gobierno tras el fracaso de la popular. Las negociaciones para la investidura pasan de la clandestinidad al ámbito público. Las conversaciones adquieren el rótulo de formales. Y en ellos los socialistas no sólo abordan el mero voto de investidura en el Congreso, sino también otros aspectos como los Presupuestos Generales del Estado para 2024, con el fin de asegurar una legislatura “duradera”.
Porque una cosa es invertir y otra gobernar. Sucede que en ambos casos los votos de PNV, Bildu, ERC y Junts son decisivos, vitales. Y para la gobernabilidad es clave tener Cuentas Públicas. Sánchez lo sabe bien, ya que se vio obligado a convocar elecciones en 2019 cuando ERC las derribó.
“Es importante saber que se trata precisamente de consolidar la gobernabilidad de España para los próximos cuatro años. No estamos hablando sólo del momento de una investidura, sino también de la profundidad que este gobierno puede desarrollar en los próximos cuatro años, ” afirmó María Jesús. Montero, Ministro de Autoridades fiscales en el cargo, después Consejo de ministros.
Aunque debido a las elecciones y a que no hay gobierno ejecutivo -está en funciones el actual- los tiempos se han retrasado, el propósito del Tesoro es tener la Cuentas Públicas para 2024 a principios de enero y se aplicará con carácter retroactivo. “La idea es que lleguen lo antes posible. Siempre que se aprueben en los primeros días de enero no hay problema”, afirmó Montero.
Como informó este diario, desde el primer momento la postura del PSOE ha sido negociar con los independentistas unas “garantías” que aseguraran que el Ejecutivo no cayera a la primera oportunidad, que tuviera salida. Es decir, un entendimiento con el propósito de una legislatura lo más duradera posible. Sánchez Quiere otros cuatro años, pero lo que sí dan por sentado fuentes gubernamentales es que la intención es un mandato duradero.
“Si se llega a un acuerdo para la investidura, evidentemente la intención es que sea un Gobierno duradero. No que tenga un Ejecutivo cortoplacista”, coinciden distintos miembros del Gobierno. Y dadas las tensiones y la imprevisibilidad del apoyo de partidos como Juntosdonde todo depende del criterio del prófugo Puigdemont, recuerdan: “La última legislatura tampoco fue fácil”.
La ambición es cuatro años más, los posibilistas hablan de al menos un par si se logran aprobar nuevas Cuentas Públicas. Pero para ello, claro está, necesitarán el apoyo de los independentistas. Como argumento a favor, el PSOE alude a que en las dos votaciones que se han producido en el Congreso tras las elecciones, el Presidencia y la introducción de lenguas cooficiales, han superado los 176 votos que dan la mayoría: 178 y 180 votos, respectivamente.