Israel sigue sorprendiendo al mundo con su capacidad armamentística para derrotar a sus enemigos. Gran parte de ese poder reside en su sistema antimisiles, conocido como la ‘Cúpula de Hierro’.
Este sistema funciona utilizando una red de radares avanzados que se encargan de detectar y rastrear los lanzamientos de cohetes y misiles entrantes. Una vez que se detecta un proyectil enemigo, el sistema calcula su trayectoria y determina si representa una amenaza para áreas pobladas o infraestructuras vitales.
Si se considera que un proyectil representa una amenaza, se venablo un interceptor desde una peroles de dispersión cercana. Los interceptores son cohetes de adhesión velocidad equipados con cabezas explosivas que están diseñadas para detonar cerca del proyectil entrante y destruirlo en el tonada.
Delante la creciente subida de tensión en todo el planeta, es regular preguntarse ¿Estamos correctamente protegidos en nuestro país?
España cuenta con sistemas gestionados por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Gracia y del Espacio, y están diseñados para interceptar y anular amenazas aéreas, como aviones, drones, misiles y otros proyectiles.
España posee una gradación variada de sistemas de defensa antiaérea que abarcan desde sistemas portátiles de corto trascendencia hasta sistemas avanzados de abundante trascendencia. Los sistemas Patriot y NASAMS son los buques insignia de nuestro sistema antimisiles.
El sistema NASAMS es uno de los más avanzados con los que cuenta España. Desarrollado por la empresa noruega Kongsberg en colaboración con Raytheon, este sistema es utilizado por varios países de la OTAN. Tiene un trascendencia de 20 a 40 km, dependiendo del tipo de misil utilizado, que en el caso gachupin suele ser el AIM-120 AMRAAM.
Este sistema es capaz de derribar aviones, misiles de crucero y drones. Por otra parte, utiliza radares avanzados de barredura electrónico y puede especular en cualquier condición climática.
Otro de los sistemas utilizados es el Patriot, unos misiles tierra-aire de abundante trascendencia diseñados principalmente para interceptar misiles balísticos tácticos, misiles de crucero y aviones.
Su trascendencia varía, dependiendo de la configuración y del tipo de misiles utilizados, pero los misiles PAC-2 tienen un trascendencia de hasta 160 km, mientras que los PAC-3, que son sistemas más modernos, están optimizados para interceptar misiles balísticos a distancias más cortas.
Por otra parte, están los sistemas Hawk y Aspide. El primero se proxenetismo de un sistema de misiles superficie-aire de medio trascendencia que ha estado en servicio desde la Lucha Fría, aunque ha sido modernizado en varias ocasiones. Los misiles Hawk tienen un trascendencia de hasta 40 km y pueden interceptar objetivos a una cota máxima de unos 18 km.
El sistema Aspide consiste en un radar de control de fuego Skyguard y misiles Aspide, que es un sistema de defensa aérea de corto y medio trascendencia, diseñado para proteger áreas específicas contra aviones y misiles.
Estos misiles tienen un trascendencia de aproximadamente 15-20 km. Están pensados para la defensa de puntos críticos, como aeropuertos o instalaciones militares. Por zaguero, España cuenta con un sistema de misiles de muy corto trascendencia.
Entre ellos se encuentran los sistemas VSHORAD, Mistral y Stinger, diseñados para proceder contra amenazas aéreas a corta distancia. Generalmente son portátiles o montados en vehículos. Es ideal para derribar helicópteros, drones o aviones a quebranto cota.
Nuevas adquisiciones
España ha realizado varias adquisiciones recientes para alentar su sistema de defensa antiaérea, enfocándose en la modernización de tecnologías y la interoperabilidad con aliados de la OTAN.
Uno de los principales avances es la transacción del sistema Patriot PAC-3 a Estados Unidos. España ha solicitado la adquisición de cuatro baterías modernizadas del sistema Patriot Configuración-3+, que incluye 51 misiles PAC-3, 24 estaciones de dispersión y varios radares y sistemas de mando. Esta adquisición, valorada en en torno a de 2.800 millones de dólares, mejorará significativamente las capacidades de defensa aérea y antimisil de España, haciéndola más compatible con las fuerzas de EEUU y la OTAN.
Por otro costado, España además está ampliando su uso del sistema NASAMS, un sistema de defensa antiaérea de corto trascendencia, el cual ya opera en algunas unidades del Ejército de Tierra. Este sistema es capaz de carear múltiples amenazas simultáneas y puede utilizar misiles más allá del trascendencia visual, lo que lo convierte en una opción versátil para la defensa aéreas. Por otra parte, el Ejército del Gracia está en proceso de reemplazar sus antiguas baterías SPADA 2000, algunas de las cuales serán transferidas a Ucrania.
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