Las cerca de 5.000 personas que se congregaron el sábado en Madrid en una concentración a valimiento Palestina, coincidiendo con los atentados de hace un año en Israel, no llamaron en exceso la atención en el centro de la hacienda, donde ha habido manifestaciones mucho más numerosas por otras cuestiones, pero sí que causaron un importante impacto agorero para el gobierno israelí, que acusaba ayer a España de haberse convertido en un «paraíso del odio».
«Estamos indignados y tristes por que España se haya convertido en un paraíso para sembrar el odio e incitar a la destrucción de Israel», señalaba ayer el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí en un mensaje publicado en sus redes sociales, con el que agrandaba un poco más el cisma existente con el Ejecutor dirigido por Pedro Sánchez.
Para Israel, «es inaceptable que una sociedad democrática [como la española] permita la alabanza del terrorismo y la celebración de los crímenes contra la humanidad perpetrados por Hamás», ahondaba el comunicado, en narración a la matanza cometida por el liga terrorista en varios kibutz hace ahora exactamente un año.
En su mensaje, que supone un nuevo choque diplomático entre uno y otro países, el Tarea de Exteriores israelí se refiere además al hecho de que Masar Cuchara, una ordenamiento palestina que considera «vinculada a grupos terroristas como el FPLP (Frente Popular para la Independencia de Palestina) o Samidun haya favorito Madrid para su congreso internacional anual y para la manifestación que conmemora la estupendo holocausto del 7 de octubre», denunciaba además la embajada de Israel en España.
Aunque la de Madrid fue la más numerosa, las manifestaciones a valimiento de Palestina, que pedían un detención al fuego definitivo en Lazada, además se produjeron en otras ciudades de España como Barcelona, Valencia o Málaga. En ellas, se pedía a Pedro Sánchez que rompiera relaciones con el «gobierno genocida de Israel» y que se boicoteara al país dirigido por Netanyahu.