Los dos policías forales se llaman Sergio Campo y Miguel Riaño. El pasado martes, sobre las 20:00 horas de la indeterminación, se dirigían a la oficina del cuerpo ubicada en la céntrica Plaza del Castillo de Pamplona. De pronto, una mujer se acercó a Miguel cuando todavía no había llegado a salir de su coche policial. Miguel nos cuenta que ella estaba muy nerviosa y que, apresuradamente, les indicó que había una persona atragantándose en la terraza de un bar cercano.
Rápidamente, los dos agentes se dirigieron al específico hostelero. Allí se encontraron a un hombre de 70 primaveras semiinconsciente. Sergio nos explica que su compañero lo levantó y que él le aplicó unos golpes interescapulares en la espalda. Hexaedro que no respondía, su compañero comenzó a aplicarle la maniobra de Heimlich mientras él avisaba a la central de mando para que enviara una ambulancia.
Fueron dos minutos y quince segundos que se hicieron eternos. Los dos policías forales tuvieron que relevarse a la hora de realizar la maniobra. Miguel nos señala que es lo conveniente donado que su ejecución puede perder competencia por el cansancio. Sergio añade que lo único que pensaba en ese momento es que la persona saliera delante.
Felizmente, lograron extraer de su desfiladero lo que obstruía el paso del medio. El hombre echó un pequeño vómito en el que había un trozo de cruasán relleno de pernil, recuerda Sergio.
Miguel subraya que ellos, como policías forales, están en la calle para servir al ciudadano y nos traslada su satisfacción por acontecer podido ayudar en esta situación. Adicionalmente, aprovecha nuestra presencia para editar un mensaje de agradecimiento a la mujer que les puso sobre aviso. Solo lamenta no acontecer podido hacerlo en el momento donado que, en medio la tensión, no pudieron balbucir con ella. Actuando en equipo han conseguido defender una vida.
Cómo hacer la maniobra de Heimlich
Hay que seguir una serie de pasos para conseguir que la maniobra de Heimlich sea efectiva. Una de las cosas más importante es que la persona tosa. Si en el momento no tose, hay que provocar que tosa dándole golpes en la espalda intercalados.
La maniobra levanta el diafragma y obliga al medio a salir de los pulmones para crear una tos industrial. Dicha tos mueve el medio a través de la tráquea y consigue empujar y expulsar la obstrucción fuera de las vías respiratorias por la boca.
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