El ‘covid de las vacas’, a los ciervos


Expirante, adyacente a un cauce, en investigación de agua con el que saciar su sed y desmontar su temperatura, un fallecido un poco más allá… Es la estampa que muchos ganaderos se han antagónico al salir al campo. Y no era la de sus animales, sino la de cérvidos que no han conseguido salvarse de la picadura del mosquito culicoides. Ese vector que transmite la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) y que sobre todo el año pasado hizo estragos en la cabaña ganadera de bovino, que este verano siquiera se ha librado – aunque con último impacto- del conocido como ‘covid de las vacas’. En verdad, una patología vírica que afecta a los ciervos, históricamente más propia en América del Septentrión, Australia, Asia y África, pero que a finales de 2022 dio el brinco a Europa, y de la que no se han conseguido defender siquiera estos ungulados. Ya en 2023 se dieron casos asimismo en Castilla y Valeroso en la fauna silvestre, aunque ha sido éste cuando las voces de «preocupación» se han cimarrón, sobre todo en la provincia de Zamora – en las zonas de Sanabria, Aliste y La Carballeda- donde aseguran que los cazadores han antagónico «muchos» cérvidos muertos por esta patología.

Desde la Consejería de Medio Esferareconocen que han recogido «80» cadáveres entre la fauna silvestre en Castilla y Valeroso, aunque según los descomposición realizados en el Laboratorio Regional de Sanidad Animal de Valeroso sólo 28 han entregado positivo en la EHE, siendo Zamora y Valeroso las provincias con más casos: 10 cada una. Por otra parte de otros seis en Soria y ningún en Ávila, Salamanca, Segovia y Valladolid.

«La proceso es dispuesto», señala Ignacio de la Fuente, presidente de servicio de Caza y Pesca, quien destaca que con la caída de las temperaturas y la último presencia del mosquito «ha bajado mucho la prevalencia». Aún así, insiste, es una enfermedad «que pega mucho más al suelo de España». ¿Por qué? «Por suerte, en Castilla y Valeroso no hay grandes concentraciones» de cérvidos. «Se prima la calidad y no la cantidad» de animales, subraya, aunque sea cierto que en los últimos 20 primaveras la presencia de estos ungulados haya aumentado y extendido por territorios en los que ayer era más complicado verlos. Y es que, «la peor útil para la pervivencia de las enfermedades es dejar de cazar». Una «buena papeleo cinegética» es esencia, a la vez que reconoce que están ultimando un plan de papeleo del ciervo para disponer de un censo de animales y fijar los criterios de cara a una papeleo que permitan «sujetar» allí donde sí haya sobrepoblaciones.

Otra esencia de esa último incidencia en Castilla y Valeroso, apunta, es que aquí disponen de una comestibles «conveniente dispuesto» que hace los ejemplares afronten en mejores condiciones la enfermedad. Aún así, ha habido casos de una patología en la que uno de los síntomas comunes es la fiebre. De ahí que lo habitual sea encontrar a los ejemplares afectados cerca de zonas con agua. Por ello, señalan desde Medio Esfera, han contactado con la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) y las empresas hidroeléctricas propietaria de embalses «para que retiren inmediatamente» los animales que encuentren y más aún si se alcahuetería de pantanos para el consumo. Aunque, dice De la Fuente, la EHE no es una enfermedad contagiosa ni entre animales ni a los humanos. Por otra parte las aves carroñeros «hacen su trabajo» y en unas horas pueden dejar en los huesos a la víctima.

Pero no sólo entre los ganaderos, sino asimismo en los cazadores «hay mucha preocupación» por el impacto de una patología desconocida hasta hace poco. «Son datos que asustan», reconoce David Pascual, presidente de la Confederación de Caza de Zamora, sí se atiende a los «rumores» que circulan en esta provincia, en la que hablan de hasta 150 cadáveres. Las cifras oficiales de loa analizados arrojan diez positivos.

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