La isla de El Hierro nunca había vivido un drama como el del decadencia de la amanecer del pasado sábado en el se recuperaron los cuerpos de 9 inmigrantes y más de 50 desaparecieron en el mar. Los habitantes de la Isla continúan impactados por lo sucedido. No recuerdan un entierro como los de esta semana, en los que se dio sepultura a 9 personas en dos días, la mayoría de ellos en lápidas sin nombre ya que no fueron identificados. Pero los vecinos han querido darles una despedida digna y han acudido a los entierros para dar el pésame desde la distancia a sus familiares.
Macu es vecina del municipio de Frontera y todavía se emociona al recapacitar el momento: “Me dio mucha pena. Eso de que salen de sus países y llegan y encuentran la homicidio aquí y sus familias no van a retornar a memorizar de ellos”, dice entre lágrimas. Los vecinos se organizan entre ellos para que ningún inmigrante sea enterrado en soledad, y quedan a través de WhatsApp o redes sociales para sufrir flores, deletrear poemas o cantar: “Para hacerlo más emotivo como homenaje a esa esperanza esos muchachos de a lo mejor durar a puerto y tener un cambio en sus vidas”, dice Gustavo, vecino de Frontera.
“Qué menos, apartado de dar el pésame a su comunidad y tocar una acorde para que sea más emotivo, es la forma más digna de hacer un entierro para ellos”, dice Rocío, vecina y concejal de Junta de Frontera.
En el cementerio de este municipio se enterró a 6 de los 9 inmigrantes fallecidos, y solo en dos de las lápidas se pueden deletrear sus nombres, porque solo dos fueron identificados: Amadou Toure y Mahamaud Sima.
Encuentran la homicidio aquí y sus familias no van a retornar a memorizar de ellos
El resto aparecen con la época, y el número de cayuco 190, por ser el cayuco número 190 en durar en 2024 a El Hierro. Todavía aparece un “número de inmigrante”. Ese zaguero número empieza a contar desde el primer fallecido, en este caso había 27 supervivientes por lo que los fallecidos son “inmigrante 28, 29, 30…” Y así sucesivamente.
En el cementerio de El Mocanal, en Valverde, enterraron a los otros tres fallecidos.
“Sus familiares e incluso sus compañeros de travesía no pueden estar presentes en los sepelios, entonces poco a poco hemos ido sumando ese escolta en el zaguero adiós”, cuenta Haridian. Ella es periodista y comenzó cubriendo los entierros para la televisión, pero ahora acude como vecina de Valverde para unirse a los inmigrantes que son enterrados sin comunidad ni amigos. Les lleva flores, y se organiza con otros vecinos y vecinas de los distintos municipios de la isla para comparecer al cementerio y que ninguna persona sea enterrada en soledad.
Los ayuntamientos de los dos municipios además llevaron coronas de flores para colocar en los nichos, de los que nunca han llegado a ser sus vecinos, porque fallecieron a pocos metros de alcanzar tierra.
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