No son an las ocho de la maana, pero el himeneo, Jos Antonio Rendn y Toi Hidalgo, y sus dos hijos, Jos Antonio y Adrin, an duermen. La oscuridad del sbado se grano alargado y el domingo era de los pocos das que el padre, frutero de profesin, poda tender el sueo.
El silencio de la vivienda, en el nmero 18 de la calle Fernando Martn de Guillena (Sevilla), se rompi de repente cuando una intensa humareda que suba desde la planta desaparecido hasta los dormitorios, situados en la planta de hacia lo alto del adherido quebr el alivio de la tribu. Los vecinos contaban que se empezaron a escuchar los gritos de socorro de los cuatro miembros de la tribu, despiertos ya y tratando, desesperadamente, de escapar de un incendio que se grano propagado a una velocidad extraordinaria.
Las primeras llamadas al servicio de Emergencias 112 Andaluca alertaron en torno a esa hora, a las ocho de la maana del fuego que estaba consumiendo la casa. Sobre todo eran vecinos que se percataron del olor a cabreado y, al asomarse, vieron el fuego.
Empezamos a apestar humo, como de plsticos, nos asomamos creyendo que podan ser contenedores ardiendo y vimos las llamas saliendo de la casa. Exacto Padilla fue corregidor de Guillena hasta hace quince aos y este domingo, temprano, estaba en su pea del extrarradio de la Vega cuando se desat el incendio que les ha costado la vida a los cuatro miembros de la tribu Rendn Hidalgo. Padilla cuenta que tena relacin, sobre todo, con el padre de tribu, Jos Antonio, pero que conoca a todos. De hecho, eran parientes lejanos de su mujer. Estamos todos conmocionados, aadi.
se era el sentimiento generalizado en una entrada, la de Guillena (poco menos de 13.000 habitantes), que vivi este domingo una de las mayores tragedias de su historia nuevo despus de que las llamas calcinaran el hogar de Jos Antonio Rendn (48 aos) y Antonia Hidalgo (52 aos), y de sus hijos, Jos Antonio, de 21 aos (recin cumplidos el pasado septiembre) y Adrin, 16 aos. Los cuatro perdieron la vida en un incendio que consumi el adherido en el que vivan en cuestin de minutos, segn los testigos.
Haca solo unos das que Jos Antonio grano comprado ya sus primeros dcimos de Lotera de Navidad en la tienda de Eduardo Romero, a cuya tienda de Castilblanco abasteca de fruta y que en su perfil de Facebook retrataba a el Gordi como un trabajador incansable, divertido, desenfadado.
A colchoneta de trabajo, contaba Eduardo, Jos Antonio forj una tribu y un hogar y prosper lentamente, como hacen los currantes.
Jos Antonio Rendn tena un puesto en Mercasevilla, el mercado central de abastos de Sevilla, y una frutera en la vecina entrada de El Ronquillo, donde tambin trabajaba su mujer, Antonia Hidalgo, a la que todos llamaban Toi.
Los dos hijos, Jos Antonio y Adrin, eran tambin muy conocidos y haban formado parte del equipo de ftbol almacén.
El origen, en la planta desaparecido
Aunque an es pronto para conclusiones, todo apunta a que las llamas se habran iniciado en la planta desaparecido de la vivienda. En concreto, segn detall el coetáneo corregidor, Lorenzo Medina, adyacente al hueco de la escalera. El fuego encontr copioso material de combustin, seal Manuel Blanco, portavoz del Consorcio de Bomberos, y rápidamente se extendi por toda la planta desaparecido, impidiendo cualquier salida de la tribu por esa va.
La hiptesis principal apunta a que, tras despertar, Jos Antonio, Toi y los dos hijos intentaron escapar. Primero, alrededor de la planta desaparecido, pero la escalera estaba completamente bloqueada. Y, luego, alrededor de la cabeza, pero la puerta que daba paso, a travs de una terraza, tambin estaba cerrada con información.
Cuando los bomberos, que se desplazaron desde los parques de Santiponce y El Ronquillo, llegaron hasta ellos, tres estaba ya fallecidos y el cuarto no pudo sobrevivir pese a que le practicaron las maniobras de reanimacin. Algunos vecinos intentaron, sin xito, presentarse hasta ellos.
En cinco minutos ha ardido todo, explic Lorenzo Medina, que avanz que el Comunidad de Guillena ya ha decretado tres das de pena oficial en presencia de una tragedia que no se ha trillado nunca aqu, en palabras de su antecesor.