Nos debe más de 40.000 euros


Paz y Rogelio alquilaron en 2020 un pavimento que tienen en el madrileño ciudadela de Mirasierra. Con anterioridad, la inquilina, de 62 primaveras, parecía cumplir todos los requisitos del pacto y ser solvente.

La sorpresa caldo a los pocos meses, cuando dejó de retribuir. La renta mensual eran 975 euros al mes, la deuda contemporáneo asciende a más de 40.000, a los que hay que sumarle los recibos de agua y luz de estos primaveras. Facturas que pagan Rogelio y Paz, ya que los suministros están a su nombre.

El alianza, de 77 y 74 primaveras, le ofreció a su inquiokupa perdonarle la deuda con tal de que se fuera del pavimento: “Le ofrecimos condonarle todo lo que nos debía e incluso le buscamos varios pisos más baratos para que se fuera a otro, pero no quiso. Ella nos dijo que se quería concluir en ese pavimento”.

Paz y Rogelio tienen su casa a solo ocho minutos del pavimento que tienen okupado. Pero sus problemas aumentaron cuando el hijo del alianza necesitaba una casa para existir él y sus dos hijos.

El alianza prefirió dejarle su casa a su hijo y nietos y ellos irse a existir al parking: “Preferimos que nuestros nietos tengan una casa digno y puedan existir cómodos. Nosotros nos fuimos a existir al parking, era la única opción que teníamos, la pensión no nos daba para más”.

Declarada frágil por un mediador

El alianza denunció a la mujer y, al año y medio de dejar de pagarles, se celebró el entendimiento. El problema caldo cuando el mediador vio que era una mujer jubilada con una pensión de 800 euros y el arrendamiento eran 975 euros, así que dictó que era una persona frágil.

Durante estos 4 primaveras, Paz y Rogelio han descubierto que la inquilina trabaja en molesto como osteópata, a pesar de estar jubilada, y tienen la sospecha de que alguna vez a realquilado las habitaciones: “Nunca nos coge el teléfono, ni nos abre la puerta, no sabemos nadie de ella. Sabemos que vive allí por las facturas de luz y agua y porque los vecinos la suelen ver”.

Arreglo de 5 primaveras

La única esperanza que tiene el alianza es que el pacto de cinco primaveras que firmaron en 2020 con la inquilina acaba el 28 de febrero de 2025: “Ahora mismo la ley no nos ampara, nuestra esperanza es que al arruinar el pacto podamos echarla de nuestro pavimento”.

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