Se denomina “sexting” al intercambio mediante aplicaciones de correo o redes sociales de mensajes subidos de tono e imágenes o vídeos en aspecto sugerente, cuando no abiertamente sexuales. Se comercio de un engendro que ha pasado a formar parte de las relaciones sentimentales entre las franjas de etapa más jóvenes, y que deriva con cierta facilidad en situaciones de abusos adentro de la pareja, chantajes emocionales o incluso la difusión de estas imágenes al conocido adecuadamente a través de reenvíos masivos, adecuadamente por colgarlas en webs dedicadas a la pornografía.
Sobre este engendro, y las dificultades de detectarlo y abordarlo se debatía este lunes en el campus de Ourense, donde bajo la catalogación de “novos riscos online”, un panel de expertas procedentes de Galicia, Alicante o Madrid ahondaron en la problemática. Desde la ordenamiento, la investigadora Rosana Martínez, explicaba que “queremos concienciar a toda la comunidad educativa, especialmente al alumnado, sobre las prácticas de peligro vinculadas al ‘sexting”. Martínez añadía que “se comercio de una actos normalizada en el colectivo adolescente, y una vez envían ese contenido amatorio o sexual se puede producir que esas imágenes se sigan enviando y difundiendo sin el permiso del autor o autora llamativo”.
Precisamente, cuando comienza esa difusión no autorizada de las imágenes es cuando se pueden desencadenar las conductas abusivas. Rosana Martínez relata que “una vez que el adolescente practica ‘sexting’ es cuando se pueden desencadenar las conductas violentas. Quien creó las imágenes pierde el control sobre ellas”, a lo que añade que “adentro de estas dinámicas se relacionan los adolescentes. Emplean las redes para sus relaciones sexoafectivas, para relacionarse o para permanecer en un liga de iguales. Prefieren relacionarse en la esfera online antiguamente que con el cara a cara”.
La ciberviolencia
A lo liberal de la viaje, se combinaron la exploración de las causas conductuales sobre las relaciones online con las formas de detección y prevención de este tipo de prácticas. Rosana Martínez advertía, encima, de todas las conductas abusivas derivadas del “sexting”. “Muchas veces el adolescente no es consciente que hay estrategias para hacerse y conservar las imágenes”, comenta la investigadora quien señalaba que “puede sufrirse desde ‘sexting’ no consentido -el reenvío masivo de las imágenes-, sextorsión -chantaje para que el pedido continúe-, grooming -chantaje de un adulto a un último para percibir imágenes- a otros tipos de ciberacoso frente a los que debemos estar prevenidos”, concluye. Como punto de partida, en las charlas se apostó por revisar los conceptos considerados básicos en las relaciones románticas. “Aún se normalizan conductas como el control, los celos o el chantaje”, advierte.